Los mayores tesoros hundidos de España: dónde están y cómo encontrarlos
El océano guarda secretos incalculables.
Conocerlos es el sueño de todo submarinista que se precie. No en vano, el buceo es una de las actividades de aventura más fascinantes y misteriosas que existen. Y estamos de suerte, porque España es un país inmejorable para practicarlo.
Sus costas no solo están plagadas de una gran riqueza natural y ecológica. Bajo la superficie también se esconden multitud de tesoros procedentes de naufragios sucedidos a lo largo de toda la historia. Muchos de ellos son imposibles de localizar o acceder. Pero otros están al alcance de los arqueólogos y, a veces, incluso de los visitantes.
Aquellos que cargaban galeones y navíos son solo un tipo de los muchos tesoros que puedes encontrar en aguas españolas. Pues cada día, se crean o se descubren nuevas sorpresas sumergidas que esperan ser visitadas.
Te lo ponemos un poco más fácil indicándote dónde encontrar cinco de estos “tesoros” sumergidos en España.
Un tesoro histórico: los restos de la Bahía de Cádiz
“Hay más oro en la Bahía de Cádiz que el Banco de España”.
Esta frase se puso de moda hace años, cuando empezaron a investigarse la cantidad de tesoros hundidos cercanos a Cádiz. Y es que las investigaciones apuntan a que allí podrían descansar centenares de barcos procedentes de América, con sus correspondientes cargamentos de oro, plata y piedras preciosas.
Por desgracia, los expolios en la zona han sido recurrentes; perpetrados incluso por cazatesoros extranjeros. Sin embargo, aún quedan algunos pequeños tesoros sumergidos en la Bahía de Cádiz que pueden visitarse. Incluso sin descender demasiado.
Un ejemplo son los restos que se encuentran en La Caleta, junto a la Punta del Nao. No tendrás que superar los 15 metros de profundidad para encontrar trozos de cerámica, cepos romanos, cañones del siglo XVIII e, incluso, parte del forro de cobre de un galeón.
Esta inmersión demuestra que no hace falta tener gran experiencia para sentirse Jacques Cousteau bajo la aguas.
Un tesoro natural: las praderas de posidonia de Cabo de Gata
El Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar es un lugar de larga tradición en submarinismo. Su valor ecológico es incalculable y las especies de plantas y animales que lo habitan se cuentan por miles.
Entre ellas, se encuentra la posidonia oceánica, un auténtico “tesoro” natural endémico del Mediterráneo que es en parte responsable de esta gran riqueza biológica. Las praderas de posidonia suelen observarse a partir de los 15 metros de profundidad, adentrándose desde cualquiera de los múltiples puntos de buceo de Cabo de Gata.
Recuerda que si vas a hacer buceo autónomo con tu propio equipo necesitarás pedir una autorización en la Subdelegación del Gobierno de Almería o en las oficinas del Parque Natural.
Para ahorrarte papeleos, o si careces de experiencia, lo mejor es unirte a esta actividad de bautizo de buceo en Almería. Te darán todas las instrucciones necesarias y contarás con el apoyo de los monitores en el descenso.
Un tesoro arqueológico: el pecio Bou Ferrer de Alicante
Una de las mayores experiencias que puedes tener en la vida es la de visitar un pecio o barco hundido. Más aún, si este corresponde a uno de la época romana (el más grande de esta época en el Mediterráneo) que transportaba más de 2.500 ánforas repletas de salsa de pescado y lingotes de plomo pertenecientes al emperador Nerón.
Este increíble tesoro submarino se encuentra frente a las costas de Villajoyosa, en Alicante. Como está a una profundidad accesible (25 metros) se han podido realizar diversas acciones para su estudio y conservación. Pero además, este pecio es pionero en la recepción de visitas guiadas subacuáticas.
Las visitas se realizan bajo autorización expresa de la Dirección General de Cultura de la Generalitat Valenciana, previa reserva y entrega de un donativo destinado a costear los gastos de guías y arqueólogos. Es imprescindible estar en posesión de un título de buceo de nivel avanzado y acreditar una experiencia mínima de 35 inmersiones.
Si te ha picado el gusanillo pero te falta la experiencia, empieza con esta actividad de bautismo de buceo en la costa de Alicante. ¡A partir de ahí, todo es ponerse!
Un tesoro cultural: el Museo Atlántico de Lanzarote
Buceando en la bahía de Las Coloradas, al sur de Lanzarote, uno puede encontrarse barracudas, pulpos y sardinas. Y también parejas que se hacen selfies y hombres de negocios montados en columpios. ¿No te lo crees?
En esta bahía, a 12 metros de profundidad, ha instalado el escultor británico Jason deCaires Taylor el primer museo submarino de Europa. Más de 300 esculturas a tamaño real se suceden por la arena, formando un gran arrecife artificial que busca aumentar la vida subacuática. Pues, para el autor, la defensa del medio marino es uno de los aspectos claves de su obra.
Si quieres visitarlo, es necesario reservar con alguno de los centros de buceo certificados por el museo. Además, es obligatorio contar con una titulación homologada para descender hasta 16 metros de profundidad.
¿Todavía no la tienes? No te preocupes. Echa un vistazo a este curso de buceo Open Water Diving SSI que te acredita para bajar hasta los 18 metros y no pierdas la oportunidad de conocer este “escultural” tesoro submarino.
También hay empresas que organizan jornadas de todo un día en el que se realiza el bautismo de buceo por la mañana; y, por la tarde, se visita el museo en horario reservado para novatos.
Un tesoro enológico: los vinos submarinos de Girona
En el siglo I a.C. un barco íbero que navegaba con 200 ánforas de vino a bordo naufragó frente a la costa del Port de la Selva, en Girona.
El Cap de Volt (así se llama el pecio) ha permanecido postrado en el fondo del mar desde entonces. Las investigaciones realizadas descubrieron, entre otras cosas, que el corcho que tapaba las ánforas se había mantenido intacto durante todo este tiempo, conservando sus propiedades inalteradas.
Puede que este fuera el punto de partida para que varias bodegas de España comenzaran a mirar hacia el mar. En la misma Girona, concretamente en la pequeña Cala Llevadó de Tossa de Mar, es posible visitar una de ellas.
La experiencia te permite bucear en compañía de un instructor hacia uno de los cofres que se conservan a 10 metros de profundidad. En ellos madura el vino, entre 6 y 12 meses, para que te lo lleves a casa o lo degustes allí mismo, en un restaurante a pie de playa.
¡Que nadie diga que un buzo no puede ser también un gourmet!
Si Long John Silver viajase a España quedaría fascinado con las riquezas que se ocultan bajo sus aguas. Mejor que no lo haga. Así podremos seguir disfrutando de ellas los marineros de gafas y aletas, a los que solo nos gusta mirar. O degustar. Pues ha quedado bien claro que, como dijo otro pirata cinematográfico, no todos los tesoros son de oro y plata.
Alquilar un coche en Alicante es la mejor opción para descubrir los tesoros hundidos de la región. Explora las hermosas costas y sumérgete en la rica historia submarina, disfrutando de la libertad de movimiento y la emoción de estas increíbles aventuras acuáticas.