Fauna alada en Monfragüe: Qué aves ver y desde dónde
“En Monfragüe, buitres negros”… Ya lo decía un grupo de rock español mucho antes de que fuera declarado Parque Nacional en 2007 y los aficionados a las actividades de ecoturismo lo invadieran todo con sus prismáticos.
Incluso antes de su declaración como ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) en 1991, ya se sabía que este territorio de monte mediterráneo, situado en la provincia de Cáceres, era uno de los mejores lugares del mundo para dedicarse a la observación de aves, buitres sobre todo.
Los romanos lo llamaron Mons Fragorum, que venía a decir “monte denso”. Descripción que le viene al pelo, pues estas sierras atravesadas por los ríos Tiétar y Tajo están repletas de bosque, matorral, roquedos y encinares. Tal vegetación, junto a los embalses y arroyos que contiene, forman un territorio donde habitan gran número de especies de flora y fauna.
El Parque Nacional de Monfragüe recibe cada año más de 300.000 visitantes, que llegan para realizar experiencias de birding en Extremadura. Las especies “más buscadas” son el buitre negro, el alimoche o el águila real. Pero hay otras aves de igual importancia, sobre todo rapaces, que pueden observarse desde los miradores y senderos del parque.
Si tú también quieres dedicarte a esta actividad en auge, toma nota de las especies aladas que marcan tendencia en Monfragüe.
Aves del Parque Nacional de Monfragüe
Buitre negro, el rey de Monfragüe
Es, sin ninguna duda, el ave más emblemática del Parque Nacional; con más de 300 parejas censadas y estimaciones que llegan a las 400. Todo el que se dedica a la observación de aves en Monfragüe quiere verla.
Se lleva la medalla también en cuanto a tamaño. El buitre negro tiene una envergadura de 2 metros y medio (hay quien habla incluso de ejemplares de 3 metros), y puede llegar a pesar 12 kilos, siendo el ave voladora más grande de Europa.
A esta ave se le da muy bien la vida en pareja. Son monógamos y habitan en nidos que construyen en las copas de los árboles o en roquedos. Cada año, regresan al mismo nido para reproducirse; poniendo un solo huevo que incuban entre los dos, durante 55 días.
La de Monfragüe es la mayor colonia reproductora que se conoce. Puedes verlos en pequeños grupos o, incluso, por solitario; sobrevolando la zona en busca de carroña de animales de toda clase.
Cigüeña negra, la dama esquiva
Si hay un segundo animal que pueda decirse simbólico de Monfragüe, ese es la cigüeña negra.
En Extremadura se encuentra el 75% de todas las parejas reproductoras en España (unas 300). De esa parte, 30 parejas están en este Parque Nacional. Aunque solo las verás durante la primavera y el verano; pues, hacia el final de este, emigran a África para pasar el invierno.
La cigüeña negra es más pequeña que congénere blanca. También más esquiva y menos común. Suele huir del hombre, por lo que anida a gran altura en las copas de los árboles o en los roquedos. Aparte, es posible que las veas junto a los ríos o charcas donde se alimentan.
Buitre leonado, el macarra del parque
Alrededor de medio millar de parejas de buitre leonado se reproducen en Monfragüe. El primo skinhead del buitre negro comparte espacio y costumbres con este. Anida en los farallones rocosos del parque formando grandes colonias, y pone así mismo un solo huevo al año.
A esta enorme rapaz carroñera la puedes ver planear utilizando las corrientes de aire. Lo diferenciaras del anterior (además de por su color más claro, obvio) por la cabeza y el cuello exentos de plumas; lo que facilita su alimentación a base de carroña de grandes animales, ya que llega a introducir completamente la cabeza en ellos.
Águila imperial ibérica, la emperatriz del aire
El águila imperial, endémica de la Península Ibérica, cuenta con una población mundial de apenas 200 individuos. Hace unas décadas estuvo a punto de ser declarada en extinción, aunque por suerte parece ir recuperando sus poblaciones poco a poco. En Monfragüe encontramos únicamente 12 parejas.
Esta rapaz vive en las zonas de monte y matorral mediterráneo, alimentándose principalmente de conejos; aunque puede capturar otras especies de mamíferos, reptiles y aves.
La reconocerás en vuelo por su color pardo oscuro; aunque también puedes verla anidando en la copa de grandes árboles.
Alimoche, el pícaro astuto
En el Parque Nacional de Monfragüe puede verse unas 30 parejas de alimoche anidando en los roquedos durante la primavera y el verano.
Es el más pequeño de la familia de los buitres. Pesa apenas un par de kilos y su envergadura casi no sobrepasa el metro y medio. Quizá por eso es el último en acudir a la carroña; pues tiene que esperar a que sus parientes más grandes (buitre negro y buitre leonado) acaben de alimentarse para rescatar los trozos de piel y carne que quedan adheridos al hueso.
Siendo así, no es de extrañar que el alimoche haya desarrollado otros métodos para conseguir alimento. Un curioso comportamiento innato de esta especie demuestra su habilidad: utiliza piedras para romper los huevos de otras aves y acceder así a su interior.
Elanio común, el relámpago azul
El elanio común o azul empezó a colonizar la península procedente de África a mediados del siglo XX. Hoy en día, se encuentra en plena expansión y se calcula que existen unas 700 parejas en España, la mayor parte de ellas en Extremadura.
Esta pequeña rapaz es fácilmente reconocible. De tamaño similar a una paloma, tiene el plumaje blanco y gris azulado en las alas, y unos ojos rojos que contrastan con el resto del cuerpo.
Podrás verlo durante la primavera y el verano en campos abiertos, anidando en las copas de los árboles y cazando hábilmente pequeños roedores.
Otras rapaces de Monfragüe
El catálogo de especies que se pueden observar en una actividad de birding en Monfragüe se completa con otras tantas aves rapaces.
Entre la familia de las águilas destacan el águila real (que cuenta con 6 o 7 parejas reproductoras en el parque), el águila-azor perdicera, el águila calzada o el águila culebrera.
También pueden verse halcones peregrinos (3 o 4 parejas), milanos, gavilanes y muchos tipos de rapaces nocturnas, como cárabos, lechuzas, mochuelos y búhos reales.
Ahora que sabes qué especies buscar, querrás saber dónde encontrarlas.
Para empezar tu visita puedes establecer el campamento base en Villarreal de San Carlos, única población dentro del Parque Nacional, donde encontrarás el Centro de Recepción de Visitantes. Además, allí se celebra cada año la Feria Internacional de Turismo Ornitológico (FIO), en la que se reúnen miles de aficionados y profesionales del avistamiento de aves.
El Parque Nacional de Monfragüe se lo pone muy fácil a todos ellos, pues cuenta con una buena red de miradores desde los que se divisan muchas de estas aves en cantidad.
A continuación, te indicó cuáles son los más importantes y cómo llegar a ellos.
Miradores del Parque Nacional de MonfragüE
La Serrana
Es el primer mirador que encontramos en Monfragüe si accedemos por la carretera EX-208 desde Plasencia. Si partes desde Villarreal de San Carlos, tendrás que tomar esa misma carretera en dirección Plasencia.
Se encuentra al norte del parque, en la Sierra de la Serrana, y desde allí es posible observar muchas aves rapaces sobrevolando los riscos de alrededor. Las más visibles son los buitres leonados y el alimoche.
Salto del Gitano
También conocido como Peña Falcón, este es sin duda el punto más importante del Parque Nacional; aquel al que todo bueno ornitólogo quiere asomarse.
Está en la entrada del parque desde Trujillo, también en la carretera EX-208. Para llegar desde Villarreal, solo debes seguir esa misma carretera hacia el sur. También se puede acceder andando, siguiendo uno de los itinerarios oficiales del parque, la Ruta Roja, de apenas 5 kilómetros.
Encontrarás un pequeño aparcamiento a un lado del camino, pero cuenta con muy pocas plazas. Por ello, no es muy recomendable visitar esta zona en fines de semana o días de fiesta, ya que suele haber bastante gente.
El mirador se encuentra en un imponente acantilado sobre el río Tajo que sobrepasa los 300 metros de altura. Lo ocupan, sobre todo, buitres leonados; siendo el lugar del parque donde más ejemplares de esta especie pueden verse.
Además, podrás ver también buitres negros, cigüeñas negras, alimoches, halcones, águilas imperiales y búhos reales. Todas ellas anidando en los farallones o árboles cercanos.
Uno de los mayores espectáculos se produce cuando algún ejemplar en pleno vuelo sobrepasa de cerca las cabezas de los turistas allí afianzados, prismáticos en mano, arrancando exclamaciones de admiración y sorpresa.
Castillo de Monfragüe
En temporada alta solo se puede llegar al castillo andando. Deberás continuar por la Ruta Roja, subiendo por un bonito sendero entre jaras, brezos y alcornoques. Es lo que harás si te unes a esta actividad de senderismo en el Parque Nacional de Monfragüe.
El resto del año, se puede llegar en coche casi hasta al mismo castillo; siguiendo la carretera EX-208 hasta pasar el Salto del Gitano, y después desviándose por una estrecha pista a la izquierda (no accesible para caravanas o grandes vehículos). Al final, encontrarás un pequeño aparcamiento para no más de dos o tres coches. Los últimos metros, sí o sí, hay que subirlos andando.
Apenas queda ya la torre del castillo, de origen árabe, del que se cuenta una triste leyenda. Dicen que la joven princesa Noeima se enamoró de un guerrero cristiano; y fue condenada a vagar por los montes aledaños por filtrarle información para entrar en el castillo.
No podemos asegurar si te encontrarás o no con el fantasma de la princesa. Lo que sí es fácil es que veas aves, buitres sobre todo, desde el mirador situado en lo más alto. Además de obtener una de las mejores panorámicas del Parque Nacional de Monfragüe.
La Tajadilla
El mirador de la Tajadilla se encuentra junto a la presa de Torrejón, en el río Tiétar. Para llegar hasta él en coche se debe tomar el desvío que surge a la derecha de la carretera EX-208, yendo desde Villarreal de San Carlos a Plasencia (a la izquierda si se hace en sentido contrario).
Para ir a pie, puedes realizar una pequeña ruta de senderismo de unos 4 kilómetros desde Villarreal, la Ruta Amarilla. Pasarás por delante de unos chozos típicos, antes de seguir el camino paralelo al cauce del Tiétar. Tras dejar atrás las conocidas fuente del Alisar y de los Tres Caños, llegarás al mirador.
En los roquedos de enfrente podrás ver muchos buitres leonados y alimoches. Menos frecuentes, aunque también posibles, son el águila-azor perdicera y la cigüeña negra.
En el mirador de la Tajadilla, además, se encuentra un merendero que puede venir muy bien para reponer fuerzas en tu excursión por Monfragüe.
La Báscula
Siguiendo la misma carretera que nos llevó a la Tajadilla se llega hasta el mirador de la Báscula, una vez pasado el puente de la presa.
Desde él se pueden ver fácilmente buitres negros y, con algo de suerte, al águila imperial; que encuentra muchas de sus presas en los matorrales del bosque mediterráneo que se divisa frente al mirador.
Además, esta zona es también uno de los mejores lugares para disfrutar de una jornada de observación de la berrea del ciervo en Monfragüe. Al igual que en la Tajadilla, encontrarás una pequeña área de descanso con merenderos.
La Higuerilla
El siguiente mirador en la carretera tras la Báscula es la Higuerilla, que se encuentra situado sobre un meandro en el río Tiétar.
Gracias a su posición, este es el mejor mirador de Monfragüe para ver aves acuáticas. Dependiendo del mes en el que vengas podrás ver garzas reales o cormoranes, entre otras cosas. También a la nutria, descansando en sus orillas.
Pero lo mejor son de nuevo las posibilidades de avistar al buitre negro, al águila imperial ibérica, la cigüeña negra o el alimoche. Y, por supuesto, unas inmejorables vistas sobre el río Tiétar.
Portilla del Tiétar
Es el último mirador en la carretera que atraviesa Monfragüe, situado ya casi en la salida noreste del Parque Nacional.
Para facilitar las cosas a los birdwatchers, se ha instalado una pequeña caseta en el mirador desde la que observar sin molestar a la fauna. La especie que más se ve son los buitres leonados. Pero, además, con algo de suerte, se pueden observar águilas imperiales, alimoches y al búho real.
Si vas con calma y no te espera nadie para la cena, demórate un instante para disfrutar del atardecer en esta peña. La mejor despedida para tu visita a Monfragüe.
Puede que parezca que en primavera hay más vida; pero el otoño en Monfragüe tiene un encanto especial. El colorido del bosque, las contiendas de los ciervos durante la berrea… Buitres y venados se disputan en esta época la hegemonía de un territorio que es a la par apacible y bravo, salvaje y hermoso.
Espléndido artículo sobre el parque y sus habitantes alados. Completo y pormenorizado, cosa que no es muy común hoy. Muchas gracias.