Conoce los mejores tips para hacer el Camino De Santiago portugués
La vida está llena de momentos, aventuras y experiencias. Al final, cuando pasan los años y se hace balance del pasado, nos quedamos con todos los momentos que hemos compartido en soledad o bien, en compañía. Si unificamos estas características, nos encontramos con la posibilidad de realizar el Camino de Santiago portugués, donde la ilusión y las ganas por llegar y descubrir nuevos horizontes son protagonistas. Realizarlo no es un camino fácil, pero sí que es más llevadero teniendo en cuenta una serie de tips muy útiles. En este artículo desvelamos cuáles son para que podamos tomar nota de ello.
Planificación y ejercicios de calentamiento
El estrés del día a día nos lleva en muchas ocasiones a querer evadirnos de la rutina. Lejos de viajar hacia el ajetreo que supone visitar una ciudad grande, donde el tráfico y la gente corriendo hacen acto de presencia, muchas personas optan por el contacto con la naturaleza. El hecho de poder recorrer montañas y pueblos poco poblados, hace que el estrés disminuya y, con ello, recobremos las energías necesarias para volver a la realidad.
Naturaleza y pueblos son los ingredientes que tiene hacer el Camino de Santiago portugués por la costa, pero antes debemos ir preparados para esta aventura planificando las rutas con antelación. Adaptaremos el camino a las necesidades y exigencias físicas que tengan las personas que integran el grupo para hacerlo, dosificando los kilómetros en varios días. El camino no es una carrera, sino una aventura para disfrutarse y tomar el trayecto como una meta.
Por otra parte, realizaremos también ejercicios de calentamiento y estiraremos los músculos semanas antes de llevar a cabo el camino. Especialmente, nos enfocaremos en la zona de las piernas, puesto que es la parte del cuerpo que más sufrirá al caminar. Una vez caminemos, llevaremos especial cuidado con el clima, ya que los meses de verano son especial y excesivamente calurosos. Lo ideal es hacerlo meses antes de que comience la temporada de verano, ya que habrá también una menor cantidad de gente.
He calzado también es un aspecto fundamental. Deberá ser usado previamente, ser especial para llevar a cabo gran cantidad de kilómetros y se adaptará a nuestros pies. Lo ideal es optar por botas de montaña con suela dura y no nos olvidaremos de las chanclas para los momentos de descanso una vez hayamos terminado la ruta un día. Vigilaremos que los calcetines sean de algodón y no lleven costuras y, su empleamos botas, llevaremos otro par de calcetines de lana.
En cuanto a la mochila, se adaptará también la forma de la espalda para mantener una postura correcta. Vigilaremos que el peso no exceda de los 10 kilos y, para ello, portaremos lo básico. También llevaremos ciertos analgésicos y pomadas antiinflamatorias, puesto que podemos sufrir algún percance como esguinces o tendinitis. Tampoco olvidaremos la crema solar y el agua, ya que beberemos al menos 2 litros de agua.
Con todos estos consejos ya estamos listos para esta aventura tan especial que suma cada vez más peregrinos. Ahora es el momento de ponerlos en práctica una vez reservemos el camino y nos enfoquemos únicamente en disfrutar y vivir esta maravillosa aventura.