Las aguas más rápidas de España: ¿dónde puedo encontrarlas?

Julia Campos
Julia Campos

Con el frío que parece que no llega y las ansias de aventura todavía latentes tras la vuelta al trabajo, no hay nada mejor que buscar los ríos de aguas bravas para refrescar el cuerpo y la mente.

Las actividades de aventura acuáticas, como el rafting, el hidrospeed o el piragüismo en aguas abiertas (openkayak), son perfectas para poner tu adrenalina a tono; si bien requieren de cierto aprendizaje o dominio de la técnica, sobre todo en los tramos más técnicos.

En la Península Ibérica tenemos ríos para todos los gustos y descensos de todos los niveles de dificultad. Pero, si estás leyendo esto, es porque lo tuyo es el riesgo.

Descubre las aguas más rápidas de España y prepárate para disfrutar de los deportes acuáticos con la selección de ríos que te proponemos.

Noguera Pallaresa

La corte del rafting está en los Pirineos, y el rey, por derecho propio, es el Noguera Pallaresa. Un río con nombre y apellido, cuna de este deporte en España. Considerado por muchos como uno de los mejores ríos para la práctica de actividades acuáticos en Europa.

Realizar openkayak o rafting en el Noguera Pallaresa es embarcarse en una aventura única, con pasos de diferentes niveles de dificultad (hasta un rápido de grado IV) y el increíble paisaje del Pirineo de Lérida por marco.

El recorrido comercial completo abarca unos 52 kilómetros y va de Llavorsí a Figuereta. Se puede hacer en unas 7 horas (parada para almorzar incluida), lo que da una idea de la velocidad que lleva este río. Si te parece demasiado, puedes hacer el descenso del tramo de Llavorsí a Rialp, de 14 kilómetros. Es uno de los más emocionantes y divertidos, y está catalogado como de grado III (nivel medio).

Los más avezados, sin embargo, preferirán realizar la travesía en un tramo más alto del río. Desde Alos d’Isil hasta la presa de Borén, el descenso es muy técnico y potente (nivel IV-V); por ello solo está recomendado a piragüistas con amplia experiencia.

Río Ara

Este río, cuyo nacimiento se encuentra en el Parque Natural de Ordesa y Monte Perdido, está considerado el más extremo de España, con pasos que llegan al grado IV+.

Como no existe ninguna presa a lo largo de su recorrido, el descenso solo en posible durante los meses de primavera, cuando se produce la fusión de las nieves acumuladas en el Parque Natural. El deshielo, unido al fuerte desnivel que acumula el río, hace que las aguas corran rápidas y bravas durante estos meses.

El tramo principal se encuentra entre Torla y Broto, y tiene unos 7 kilómetros. Además de emocionante, es un trayecto muy bonito, encajado entre espectaculares cañones y una vegetación típicamente alpina.

El descenso solo es adecuado para personas mayores de edad, con una buena condición física y, por supuesto, buen nivel de natación. Además, es aconsejable que las embarcaciones de los tripulantes vayan acompañadas por un guía en kayak de seguridad.

Río Gállego

Situado en el Pirineo aragonés, el río Gállego es uno de los más atractivos para la práctica del rafting y del piragüismo. En él encontramos tramos que van del nivel II al IV, sobre todo durante el deshielo, cuando hay mayor caudal.

Uno de los tramos más moviditos parte de Sabiñánigo hasta Murillo de Gállego, pasado el desfiladero de los Mallos de Riglos. Pero no hace falta hacer tanto recorrido para disfrutar de un buen descenso.

Realizando el recorrido clásico, que parte de la presa de la Peña y llega hasta Murillo (unos buenos 12 kilómetros), tendrás una estupenda ruta de rafting en el río Gállego no exenta de emoción. Se trata de un tramo de grado III, en el que se pueden encontrar algunos pasos de grado IV, donde tendrás que poner toda tu atención para mantener el rumbo.

Lo mejor, sin embargo, lo pone el paisaje; con las impresionantes vistas de los Mallos de Riglos vigilando tu travesía.

Río Ésera

Otro de los grandes ríos pirenaicos es el Ésera. Nace en el Parque Natural Posets Maladeta y recoge las aguas procedentes del deshielo de las zonas más altas de la cordillera. Como ocurre con sus ríos paisanos, el paisaje que atraviesa es envidiable, y el descenso, cargado de emoción.

El tramo que se desciende discurre entre las poblaciones de Campo y Santa Liestra, unos 11 kilómetros. Hasta el paso de la Sirga, el recorrido es para toda la familia (grado II-III), fácil pero también muy entretenido. Pasarás algunos pequeños rápidos y zonas de remansos en las que descansar y darte un baño.

A partir de este punto, sin embargo, la cosa se pone más interesante. El desfiladero de Las Pirámides es un tramo caracterizado por grandes bloques de piedra que emergen del río, obligándote a emplear tus mejores dotes de palista para sortearlos. Aquí, el nivel del descenso sube a grado IV; aunque no tendréis problemas para superarlo acompañados de un buen guía.

Río Esca

En el valle del Roncal encontramos otro de los descensos más bonitos de los Pirineos. El río Esca, desde la localidad de Burgui (en Navarra) hasta Sigüés (en Zaragoza) ofrece un recorrido de grado IV con buenos rápidos y pasos encañonados.

Se trata del único descenso de esta graduación en Navarra, y suele realizarse en primavera, durante el deshielo. El paisaje, además, es completamente único. Una vez pasada la localidad de Salvatierra, el río se adentra en la Foz de Burgui, un abrupto desfiladero excavado por el río que sirve de hogar a numerosas aves rapaces.

La emoción está asegurada durante todo el descenso, con pasos míticos como el Rulo de Adolfo, hasta llegar al merendero que se encuentra al lado del río en el pueblo de Sigüés.

Cañón del Ebro

El río Ebro presenta varios tramos válidos para el descenso a su paso por las provincias de Cantabria y Burgos.

Debido a los diferentes niveles de dificultad de estos tramos, el Ebro es adecuado para personas con más o menos experiencia, y para la práctica de deportes acuáticos muy diversos. Una de las actividades más emocionantes y divertidas que puedes hacer es una ruta de river SUP en el Alto Ebro, en Cantabria.

En Burgos, la cosa cambia. El río atraviesa aquí un impresionante cañón, a su paso por el Espacio Natural de las Hoces del Ebro y Rudrón, lo que da lugar, no solo a un increíble paisaje, sino también a potentes rápidos y pasos técnicos.

El tramo de Orbaneja del Castillo a Quintanilla-Escalada es el más complejo. Los rápidos que se atraviesan alcanzan el nivel IV, aunque pasarás por algunas zonas tranquilas en las que recuperar el aliento. A partir de Quintanilla, el descenso es nuevamente más tranquilo, adecuado para todos los niveles, aunque no menos espectacular.

Rio Cares

Uno de los ríos míticos de los Picos de Europa es el Cares. Aunque es sobre todo conocido por la preciosa ruta de senderismo que atraviesa su garganta, lo cierto es que este río también es perfecto para practicar el descenso de aguas bravas.

Aunque el río Cares nace en León, la mayor parte de su recorrido transcurre por Asturias, y es ahí donde se encuentran los mejores tramos para su descenso. En Arenas de Cabrales se inicia la parte más emocionante. Se trata de un tramo de 8 kilómetros de nivel III-IV, con aguas cristalinas, rápidos constantes y mucho desnivel. Este tramo es perfecto para el rafting.

Un poco más abajo, en Niserias, comienza el tramo sencillo; el mejor para una ruta en canoa por el río Cares. Cuenta con rápidos, aunque no tan intensos, y con buenas zonas donde descansar y disfrutar de la espectacular belleza que te rodea. El recorrido tiene unos 10 kilómetros y finaliza en Panes, justo donde el Cares se une al río Deva.

Río Deza

El río más potente de Galicia es el Deza, un afluente del río Ulla de apenas 50 kilómetros de longitud. En su descenso encontramos pasos de grado IV e, incluso, alguno de grado V; por lo que solo pueden hacerlo quienes ya cuenten con bastante experiencia.  

Otro aspecto a tener en cuenta es que solo se puede descender en temporada alta de lluvias, por lo que apenas es practicable un par de meses al año, normalmente durante el invierno.

Aparte de eso, lo cierto es que es un río único cargado de sorpresas. El tramo que se desciende va desde Bascuas hasta Cira, a pocos metros de su desembocadura en el río Ulla. Tiene 8 kilómetros y durante el mismo se atraviesa una zona de bosque autóctono, con alisos, sauces y fresnos.

Lo estrecho de su cauce y las rocas que se interponen en el camino, obligan a maniobrar continuamente y mantenerse alerta para salvar los distintos obstáculos. Un río, en fin, que promete una jornada agotadora pero apasionante.

Alto Tajo

Alejándonos del norte, también encontramos ríos con buen caudal que ofrecen emocionantes descensos. Uno de ellos es el Tajo, especialmente en su tramo alto.

Aunque en su nacimiento, en Teruel, este río lleva poca agua, poco después recibe las aguas del Hoz Seca y empieza a aumentar su caudal. Uno de los aspectos más interesantes de este río es la transparencia de sus aguas, que permiten ver el fondo hasta en las pozas más profundas, 10 metros más abajo.

En cuanto al descenso, los que no tengan experiencia pueden iniciarse en el tramo de Taravilla a Peñalén, en Guadalajara. Son 7 kilómetros de recorrido de dificultad media-baja (grado II); aunque en algunos puntos, si hay caudal, puede llegar al grado III. Este tramo de rafting en el Alto Tajo es perfecto para hacer un descenso sin riesgo pero cargado de emoción.

Si quieres algo más fuerte, un poco más arriba, desde Peralejos de las Truchas hasta Taravilla, tienes un descenso de 8 kilómetros en el que se encuentran pasos de grado III+. Y si ya estás hecho todo un experto, en Zaorejas, 30 kilómetros aguas abajo desde Taravilla, existe un paso de grado IV conocido como El Infranqueable. Ahí queda.

Hoces del Júcar

El río Júcar atraviesa la provincia de Cuenca dejando a su paso impresionantes parajes, como los de las Hoces del Júcar, que hacen de la navegación por el mismo una actividad verdaderamente interesante.

Si no tienes experiencia en esto de remar, puedes realizar el recorrido comercial de piragüismo en el río Júcar, que va desde Villalba de la Sierra hasta casi la propia capital de la provincia. Se trata de un tramo fácil, de nivel II, de unos 5 kilómetros de longitud. Los rápidos aquí son suavecitos y no faltan los remansos para darse un chapuzón e, incluso, una pequeña playa fluvial en la que parar a descansar.

Aguas arriba de Villalba, sin embargo, se da un recorrido diferente, que atraviesa los cañones del Júcar, solo apto para piragüistas experimentados. Se trata de un tramo corto pero intenso, de nivel medio-alto (grado III-IV), que discurre entre paredes verticales de apenas un par de metros de ancho.

Dos kilómetros de auténtica emoción concentrada.

Río Guadalfeo

Por si pensabas lo contrario, en Andalucía también hay opciones para disfrutar del rafting y del piragüismo con la máxima emoción.

El río Guadalfeo, en la provincia de Granada, es el de más nivel de toda la Comunidad Autónoma, con pasos que llegan a grado III-IV. Se trata de un descenso de nivel avanzado que puede realizarse en primavera o invierno, ya que necesita de las lluvias o el deshielo procedente de las nieves de Sierra Nevada.

El descenso completo atraviesa las Alpujarras desde el Cortijo del Granaillo hasta la presa de Rules. Son 11 kilómetros de recorrido que pueden dividirse en dos partes. La primera parte, hasta el puente romano de Órgiva, es la más tranquila (que no aburrida). Este tramo de rafting en el río Guadalfeo es perfecto para iniciarse en la actividad y para pasar un rato divertido.

A partir del puente de Órgiva el descenso se vuelve más activo, con numerosos obstáculos que deben esquivarse y rápidos de bastante nivel. Este tramo requiere de más esfuerzo y tener una buena coordinación con tu grupo si lo hacéis en rafting.

El río alimenta tanto al pescador como al piragüista, aunque en diferente sentido. Al pescador le llena el estómago; al piragüista, el espíritu. Los amantes del riesgo buscan los ríos bravos porque saben que sus aguas, blancas y rápidas, tienen la fuerza perfecta para provocarles taquicardias. Que, a veces, valen la pena. Sobre todo cuando se sufren en aras de la aventura.

1 comentario

  1. La práctica de deportes acuáticos es una excelente manera de experimentar emociones fuertes y aprovechar al máximo los viajes. Hay una amplia variedad de opciones disponibles, como surf, rafting, kayak y buceo, que ofrecen una experiencia única y emocionante. Estoy ansioso por probar algunos de estos deportes en mi próximo viaje y disfrutar de la adrenalina que ofrecen.

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