La berrea del ciervo en España: una gira otoñal

Ignacio Luque
Ignacio Luque

La primavera es la estación del amor para el humano. En una especie del mundo animal, el ciervo, la sangre se altera tras el verano. Entre septiembre y octubre, cuando llegan las primeras lluvias, da comienzo la berrea en España y los machos llenan los bosques de sonidos y broncas.Un ciervo atento a los rivales © Roger Baulenas

Este espectáculo de la naturaleza debe su nombre a los bramidos que realizan los machos para atraer a las hembras y disuadir a otros machos rivales durante la época de celo. Se trata de un sonido muy característico por lo que es muy fácil de distinguir.

Cada año, la berrea seduce a un mayor número de turistas y amantes de las actividades de ecoturismo. Si tú también quieres contemplarla tienes a tu disposición doce espacios naturales que durante el otoño se convierten en territorio de esta lucha por la perpetuación de la especie.

Adicionalmente, en el siguiente enlace podrás encontrar algunas de las actividades de observación y escucha de la berrea en España en Nattule.

Te contamos cuáles:

1. Parque Natural de Los Alcornocales, la última selva andaluza

Situado en el sur de Cádiz, abrazado por el Atlántico y el Mediterráneo, se encuentra uno de los ecosistemas más singulares de la geografía española. Con más de 167.000 hectáreas, el Parque Natural de Los Alcornocales alberga extensos bosques de alcornoques, acebuches, robles y quejigos tapizados de un espeso sotobosque de brezos, líquenes y helechos.

Son parajes como sacados de otras latitudes. Debido a la cercanía del mar y el relieve de estas zonas, la neblina es un fenómeno muy frecuente que le aporta belleza. Además, si eres amante del ejercicio, la temperatura es la idónea para disfrutar de una travesía en BTT por este Parque Natural de Cádiz.

Las selvas de Los Alcornocales © Rafael

Para presenciar el espectáculo natural de la berrea debes conocer el paraje de La Sauceda y pico del Aljibe. Desde la carretera C-3331 de Cortes de la Frontera puedes acceder al sendero que te lleva a las cabañas de La Sauceda, un enclave que alberga algunos bosques catalogados como Arboledas Singulares de Andalucía y donde es posible pasar la noche.

Conforme asciende hacia el Aljibe, el bosque cerrado da paso a zonas más despejadas que te van a permitir tener buenas panorámicas y muchas posibilidades de avistar a estos venados gaditanos en plena época de cortejos. Tal vez también veas al esquivo corzo morisco. Para hacerlo, tráete prismáticos, permanece en silencio y madruga bastante o espera la caída de la tarde.

Corzo morisco © J. Joaquín Aniceto

En las cercanías de los municipios de Tarifa y Algeciras, las sierras de Fates y del Cabrito albergan la población de ciervos más meridional de España. Si bien no es una población tan abundante como en otras zonas de Los Alcornocales, el hecho de poder escucharlos y, con suerte, avistarlos casi en la línea de costa y con África al fondo, aporta un plus extra y un toque de incertidumbre a la espera.

Las montañas de Jebel Musa, al norte de África © Rafael

2. Dehesa del Camarate, un bosque de ensueño

El Parque Nacional de Sierra Nevada no solo destaca por albergar algunas de las cumbres más altas de la Península. Sierra Nevada es mucho más.

A unos 6 kilómetros del municipio de Lugros, en la cara norte del Parque Nacional, se encuentra la dehesa del Camarate, uno de los bosques mixtos mejor conservados de Andalucía, conocido en la zona como el Bosque Encantado. En él abundan robles melojos, cerezos silvestres, serbales, arces y otras especies caducifolias que, con la llegada del otoño, ofrecen un verdadero crisol de tonalidades de ocres, rojos y verdes.

El Bosque Encantado. Dehesa del Camarate © Eleni R.D.H.

Desde Lugros parte un desvío hacia el horcajo del Camarate, un magnífico escenario donde varios barrancos vierten sus aguas al río Alhama. Hay que seguir a pie por una pista que asciende progresivamente hasta el cerro de los Carneros. Un sensacional enclave alfombrado comienza a presentarse ante tus ojos.

Continúa subiendo hasta alcanzar el collado donde te esperan unas imponentes vistas: el cerro del Mirador Alto (2.684 metros) y el Picón de Jérez (3.088 metros).  Más lejos, ya en el horizonte, destacan los perfiles de Sierra Mágina, Sierras de Cazorla, Segura y las Villas, Sierra de Castril y la Sagra.

Vistas de la dehesa del Camarate © Verónica

En este sensacional paraje, rodeado de cumbres y cordilleras, resuenan cada otoño los bramidos de los ciervos. Una especie que, aunque no muy abundante en esta zona, bien se hace notar. Los machos eligen estos bosques para llevar a cabo su ritual de seducción y territorialidad para perpetuar la especie.

El resto de la variada fauna que habita estos rincones umbríos queda en un segundo plano, como empequeñecida ante el derroche de fuerza de los venados.

3. Sierra de Cazorla, Segura y las Villas, el coloso kárstico de Andalucía

Estas agrestes sierras jiennenses, que constituyen el mayor Parque Natural de la Península Ibérica, esconden lugares únicos para disfrutar de la berrea en España, alejados de las vías principales que lo atraviesan y que son casi ajenos al turista, a los mapas y al paso del tiempo.

Enmarcado entre el Guadalquivir y el Segura, en la zona este de las sierras de Cazorla, Segura y las Villas, se encuentra un singular desierto de montaña. Los imponentes campos de Hernán Perea se erigen en mitad de estas sierras, a más de 40 kilómetros de cualquier población. Una altiplanicie de más de 5.000 hectáreas de extensión que no se parece a nada que hayas visto antes. La naturaleza más salvaje domina este lugar.

Para poder contemplar la berrea en Cazorla, Segura y las Villas, visita las zonas periféricas, donde las masas forestales aún se imponen al suelo desnudo. Puedes acceder a ellas por la carretera A-317 que conecta Santiago de la Espada con la Puebla de Don Fadrique, o bien desde Vadillo Castril por la A-319 en dirección a Navas de San Pedro. No te olvides de tus prismáticos, ya que es posible que además puedas avistar algún quebrantahuesos, águila real y otras rapaces. Es indispensable que lleves ropa de abrigo y avituallamiento extra.   

Ciervos en el Parque Natural © Diputación de Jaén

Un poco más al norte se encuentra el curso del río Madera y una zona conocida como Peña Rubia y cerro del Espino, al que puedes acceder desde Hornos de Segura por la carretera JF-7039. Los lugareños llaman a esta parte de la sierra la Sierra Escondida, cuyos espesos pinares y profundos valles coronados por calares y peñones conforman un paisaje que no te dejará indiferente.

Puedes hacer el sendero circular que parte desde el albergue juvenil y que te llevará desde el río hasta las zonas altas, donde aumentan las posibilidades de escuchar algún concierto de bramidos y de avistar en primera línea las carreras y el entrechocar de las astas de los ciervos. Además, si la lluvia ha sido generosa, estos parajes serranos son una explosión de colores otoñales, cuya belleza no te vas a sacar de los ojos fácilmente.

Laguna de Valdeazores. P.N. Cazorla, Segura y las Villas © Ana

También puedes aprovechar para hacer una ruta en barco solar por el Tranco a primera hora de la mañana para escuchar y observar la berrea en época de celo en frente del mirador de Félix Rodríguez de la Fuente y después hacer una ruta a pie que te llevará desde las 8:00 de la mañana hasta bien entrada la hora del almuerzo, con una parada épica para degustar un buen picnic en una terraza marca de la casa Tranco.

Aquí un poco más info sobre este Centro de Ocio:

Aquí te dejamos las mejores casas rurales de la sierra de Segura, también tienes algunas opciones en la zona de Cazorla si lo deseas. Pero ya sabes, esta actividad tienes todos los atractivos para que puedas disfrutar de la naturaleza más pura en Jaén.

4. Sierra Morena, el gran encinar del sur de España

Sierra Morena es sin duda uno de los mejores enclaves para ser testigo de la berrea en España. Una longitud de 400 kilómetros, una elevada población de ciervos y la existencia de varios Parques Naturales te garantizan prácticamente el éxito a la hora de disfrutar de este espectáculo casi sin salir del coche. Hay varias empresas en cada uno de ellos que realizan recorridos en todoterreno por las fincas privadas más emblemáticas para el avistamiento de fauna.

Si por el contrario prefieres ir por parajes menos transitados y conocer por tu cuenta la berrea en el corazón de Sierra Morena, puedes visitar El Centenillo, al que se accede desde el municipio de La Carolina o desde Andújar. Por la misma pista que parte de El Centenillo se accede a otra zona muy propicia conocida como Selladores y Contadero y el carril de las Encebras.

Aparte de ciervos en pleno celo es posible observar otros tesoros faunísticos como el águila imperial, el buitre negro o incluso el lince ibérico. Por qué no aprovechar para ver algunos de ellos inscribiéndote en esta actividad guiada por el reino del lince ibérico.

El Centenillo © Andrés Buendía Garzón

Otro enclave mediterráneo poco conocido y con un alto valor ecológico es el curso alto del río Guarrizas. Puedes acceder desde Guarromán o desde la carretera que une La Carolina con el embalse de la Fernandina.

En Sierra Morena Oriental, en pleno corazón del Parque Natural de Despeñaperros, los collados de la Aviación y de los Jardines son dos lugares que no debes pasar por alto de este espacio protegido. Desde Santa Elena y desde Aldeaquemada no tendrás problemas para acceder a ellos. Las vistas espectaculares de los Órganos de Despeñaperros son otro aliciente para conocerlos.

Ya en la provincia de Córdoba, en las proximidades del municipio de Cardeña, parte desde la aldea del Cerezo el sendero conocido como la Vegueta del Fresno, que te llevará hacía el río Yeguas. Este río te sorprenderá, pues esconde un bosque mediterráneo perfectamente conservado y rebosa naturaleza virgen. Es hábitat de algunas de las especies más emblemáticas de la fauna ibérica como el lobo ibérico, el lince, el águila imperial, el buitre negro y la nutria. Para recorrer el sendero vas a necesitar autorización previa.

Lince ibérico en Sierra Morena © Esteban Ureña

5. Monfragüe, el gran Parque Nacional mediterráneo

Situado en la provincia de Cáceres, el Parque Nacional de Monfragüe es un inmenso oasis mediterráneo en Extremadura. Atravesado por el Tajo y el Tiétar, en sus más de 18.000 hectáreas hay registradas más de 290 especies de vertebrados. Aves, mamíferos y anfibios encuentran en este paraje un hábitat idóneo.

Parque Nacional de Monfragüe © Gonzalo Blanc

Llegado el otoño los grupos de ciervas seguidas de machos y las contiendas y bramidos de estos últimos son la nota predominante en estos bosques y dehesas. Podrás ser testigo de ese frenesí reproductor con esta actividad de escucha de la berrea en la dehesa extremeña.

En este espacio protegido las opciones para poder admirar la berrea son múltiples.

Desde el municipio de Serrejón, una pista de unos 16 kilómetros que acaba en el Parque Nacional ofrece buenas posibilidades de avistar ciervos en plena berrea. Con la llegada del celo los grandes machos se dejan ver en los claros en su búsqueda de las ciervas. Es posible recorrer la pista a pie o en automóvil. La decisión es tuya. Lo aconsejable es que lleves prismáticos porque los animales están a una distancia considerable.

Otra de las rutas recomendadas es la que sale del municipio de San Carlos hasta el mirador de los Tres Caños, desde el que se contempla una vasta extensión de dehesas. También es posible hacerla a pie o en coche.

Madre y cría en Monfragüe © Gonzalo Blanc

Si por el contrario prefieres adentrarte en las espesuras y disfrutar de un agradable paseo de más empaque forestal, puedes hacer una visita a la sierra de las Corchuelas. Esta ruta recorre una vertiente norte protegida del sol donde espesos brezales, quejigos y alcornoques tapizan las laderas. La pista conecta la fuente del Francés, que se encuentra junto a la carretera, con la torre del homenaje del castillo árabe. La fortificación, enclavada en un punto estratégico, es uno de los mejores miradores para pasar una jornada de observación de fauna.

Buitre negro © Gonzalo Blanc

6. Sierra de Cuenca y Montes Universales, las sierras desconocidas

Quienes entienden de montaña y naturaleza lamentan lo poco conocida que es la Sierra de Cuenca, pero eso mismo hace que recorrerla sea una experiencia inigualable. Es posible que la falta de visitantes sea la razón de que estas abruptas sierras, unas de las mayores de España, conserven unos valores ecológicos y paisajísticos únicos.

En estas sierras que parecen estar fuera de los mapas, los ciervos, al iniciarse la época de cortejos, abandonan las zonas más recónditas para resurgir en las solanas y peladeros de casi la totalidad de estos bosques a proclamar su hegemonía sobre el resto.

Macho rodeado de su harén © Jaime Rodríguez Estival

En las cercanías del municipio de Mohorte se encuentran los Monumentos Naturales de Tierra Muerta, las Torcas de Palancares y las Lagunas de la Cañada del Hoyo. Unos agrestes parajes con una belleza que te sorprenderá. Los senderos marcados para acceder a ellos ofrecen un escenario inmejorable para disfrutar de una fructífera jornada de observación de la berrea. Además podrás observar especies de aves forestales y rapaces.

Otra ubicación muy propicia es el imponente embalse de la Toba, abastecido por el río Júcar. Muy cerca se encuentra la laguna de Uña, que sorprende por la claridad de sus aguas. Contemplar la puesta de sol y escuchar el resonar de los bramidos en los farallones rocosos que circundan estas láminas de agua es una propuesta que debes aceptar.

Si tienes dudas sobre dónde buscar a los ciervos, apúntate a esta actividad que te descubrirá los secretos de la berrea en Cuenca.

Al oeste de Teruel, en la zona del nacimiento del Tajo, los Montes Universales son la continuación natural a la sierra conquense y poseen una buena población de ciervos. Uno de los parajes que destaca sobremanera es el valle de Valtablado, al que se puede acceder desde los municipios de Frías de Albarracín y El Vallecillo. Es un espectacular paisaje esculpido por el río Cabriel.

Sierra de Cuenca © Jaime Rodríguez Estival

7. Montes de Valsaín, los bosques de tradición regia

Los montes de Valsaín, en la provincia de Segovia, son la cara menos conocida de la Sierra de Guadarrama. Entre los ríos Eresma, Acebeda y Peces se encuentran los montes Pinar y Matas, que comparten genes sin llegar a ser idénticos. En uno impera el pino silvestre. En el otro, el pino intenta, pero sin éxito, ganarle terreno al roble.

Su carácter indómito y lo extraordinario de su naturaleza les valieron ganarse el favor de nobles y reyes, que encontraron en ellos un espacio singular para la caza de ciervos e incluso de osos.

Fruto de esta intensa actividad cinegética durante siglos, las poblaciones de ciervos y gamos no son muy elevadas. Sin embargo, aún puedes ser testigo de su enérgica vida otoñal en las cumbres de Valsaín, donde continúan siendo los protagonistas junto con corzos y jabalíes.

La exuberante naturaleza de Valsaín © Daniel

Un buen lugar desde donde observar es el cerro de la Camorca. Puedes llegar a él siguiendo una pista forestal que sale de la carretera que une La Granja de San Ildefonso con el puerto de Navacerrada. La pista comienza aproximadamente en el kilómetro 130, junto a una casa de guardas forestales.

En una pradera, pasada la fuente de la Reina, debes abandonarla para coger un sendero que parte a la derecha y que empieza a ganar altura hasta llegar al cerro. Allí te esperan unas maravillosas vistas de los montes de Valsaín y de toda la Sierra de Guadarrama. La música de fondo la aporta la berrea.

8. Sierra de la Culebra, la tierra del lobo

La Sierra de la Culebra es sobre todo conocida por albergar la mayor concentración de lobo de toda España, y posiblemente de Europa. Sin duda, a ello contribuye la importante población de corzo, jabalí y ciervo que habita en sus 65.891 hectáreas. Una despensa llena para estos depredadores.

No te pierdas la oportunidad de ver a esta increíble especie con una salida guiada para observar al lobo ibérico en la Sierra de la Culebra.

Sierra de la Culebra © Adrián Quirogas

Aunque el ciervo se extinguió a principios del siglo XX, se volvió a introducir en 1973 y, hoy en día, hay un millar de ejemplares distribuidos por la zona, lo que convierte a esta sierra en uno de los mejores lugares para presenciar la berrea en España.

Uno de los puntos a tener en cuenta está junto a la carretera que une las poblaciones de Rihonor de Castilla y Puebla de Sanabria. Si detienes tu coche a mitad de camino, a unos 6 kilómetros de Puebla, te será posible escuchar a tu alrededor los bramidos de los ciervos machos.

Imponente macho en la Sierra de la Culebra © Adrián Quirogas

Un poco más hacia el oeste, en las inmediaciones de San Pedro de las Herrerías también tienes posibilidades de observarlos. Muy cerca de allí, en la carretera ZA-912 con dirección a Villardeciervos y a Otero de Bodas, se encuentra uno de los miradores más visitados de la sierra, con estupendas vistas sobre la zona.

Venados disputándose el territorio © Mario García Rebollo

9. Fuentes Carrionas y Fuente Cobre-Montaña Palentina, la tejeda milenaria

En el extremo más recóndito de Palencia, justo donde la provincia se une a Cantabria, se encuentra el Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre-Montaña Palentina. El relieve está marcado por una espectacular cordillera que, con más de 2.500 metros de altura, conforma un hermoso entorno de gargantas, valles, lagos y embalses.

Embalse de Requejada © Daniel

En este marco natural, y con más de 78.000 hectáreas por las que transitar, merece la pena avistar el espectáculo de conquistas y enfrentamientos que el bosque acoge en otoño. Tienes la opción de contratar guías especializados, pero si prefieres caminar por tu cuenta también puedes hacerlo.

Una ruta sencilla pero muy atractiva es la que parte cerca de Cervera de Pisuerga. El inicio se encuentra a tan solo 5 minutos de esta localidad, en la carretera que se dirige hacia Guardo. Puedes dejar el coche en un aparcamiento que cuenta con paneles informativos. Esta ruta atraviesa el valle de Tosande para llegar hasta uno de los bosques de tejos más importantes de Castilla y León.

Otoñada en Fuentes Carrionas © Carmen Rodríguez

En el valle es normal escuchar los bramidos de los ciervos. Pero si decides continuar y atravesar la tejeda, puedes ascender hasta las cumbres que rodean el valle, donde tendrás más posibilidades de ver a estos ungulados.

Un paseo por la conocida como Carretera de los Pantanos también te dará oportunidades de observarlos. Desde Cervera pasarás primero por el embalse de Ruesga para llegar después al mirador del Alto de la Varga, dos buenos puntos de avistamiento.

10. Somiedo, la guarida del oso pardo

El Parque Natural de Somiedo se erige como uno de los últimos reductos donde encontrar naturaleza en estado puro y un lugar privilegiado para contemplar la berrea en España. Sus extensos bosques, sus cumbres y sus lagos son refugio de algunas de las especies más emblemáticas de la fauna ibérica, como el urogallo cantábrico, el lobo ibérico y el oso.

Si quieres conocer este Parque Natural a fondo, piensa en volver en primavera y pasar tres días descubriendo Somiedo a través de las mejores rutas de senderismo.

Ejemplar de oso cantábrico © José Rico Teba

Para ver la berrea puedes optar por una de las visitas guiadas que se realizan, o bien, aventurarte por libre y dirigirte a alguno de los muchos miradores que se distribuyen por el Parque Natural. Desde cualquiera de ellos es casi seguro que conseguirás ver algo, y sobre todo escuchar los bramidos.

La collada Pineda, balcón natural con unas impresionantes vistas sobre el valle de Orticeda, es un emplazamiento clave para admirar este espectáculo. Se llega a pie desde el pueblo de Pineda, tras una subida corta pero empinada.

Puedes enlazar este punto con el collado de Aguino, cercano a los pueblos de Perlunes y Pola de Somiedo, desde donde también es posible escuchar a los ciervos y, con suerte, ver algún venado.

Otra alternativa es subir al alto del Rubio, que ofrece una magnífica perspectiva del valle de Pigüeces, otro lugar clásico para los amantes de la berrea en Somiedo.

Vista del valle de Pigüeces, Somiedo © Alan Berthelot

11. Selva de Irati, el mayor hayedo de España

Al igual que en la Sierra de la Culebra, el ciervo tuvo que ser reintroducido en Irati en el año 1957, después de que la especie fuera exterminada por la caza.

La selva de Irati es un extenso bosque de hayas y abetos que se expande a lo largo de 17.000 hectáreas del Pirineo Oriental navarro. Es el segundo espacio de hayas y abetos más importante de Europa, después de la Selva Negra de Alemania.

El otoño es la época ideal para visitarla, porque, además de la berrea, ofrece el colorido único de los árboles al cambiar el follaje.

Los colores del otoño en Irati © Rogelio Carrero

Nada más llegar, en las inmediaciones del punto de información de Arrazola, al que se accede por la carretera de Orbaizeta, escucharás probablemente a algún macho. Después solo tendrás que seguir alguno de los numerosos senderos que se adentran en el bosque, pues los bramidos pueden escucharse casi desde cualquier parte de Irati.

Uno de estos caminos sale desde el mismo punto de información y llega hasta cima del Azalegui, situada a 1.165 metros de altura, desde donde es posible avistar a los ciervos.

12. Sierra de Boumort, paraíso prepirenaico

La Reserva Nacional de Caza de Boumort, en el Prepirineo leridano, tiene una extensión de unas 15.000 hectáreas y se encuentra situada entre los valles del Noguera Pallaresa y el Segre. Desde Barbastro o desde Lérida, en poco más de 1 hora, llegarás a la Puebla de Segur y a Salàs de Pallars, poblaciones que rodean el embalse de San Antonio. Desde allí puedes dirigirte a la cercana población de Hortoneda, donde comienza una ruta circular de unas 7 horas de duración.

Sierras que rodean la Pobla de Segur

Esta ruta recorre las pequeñas sierras de Banyader, de Segan y de Travessa y corona finalmente el pico de Boumort, de 2.077 metros de altitud. Por supuesto, no es necesario completar el itinerario para observar el espectacular paisaje y, llegado el momento adecuado, de la exhibición de bramidos, carreras y alguna lucha que nos brindan los ciervos en estas imponentes sierras. Madrugar, prismáticos y guardar silencio es todo lo que necesitas.

Ciervos apareándose © Josep Monsó

Debes saber que en estas sierras, como en las circundantes de Carreu, Cuberes y Batsacans, se encuentra la mayor población de este ungulado de toda Cataluña. Además, es el único espacio natural de Europa donde puedes encontrar las cuatro especies de aves carroñeras del continente: buitre leonado, buitre negro, alimoche y quebrantahuesos. Todo ello, hacen de este un lugar clave para admirar la berrea en España.

Quebrantahuesos en la Reserva de Boumort © Josep Monsó

Boumort también destaca por la abundancia de corzos, rebecos y jabalies. Otras aves que se pueden encontrar son el urogallo pirenaico, el águila real y el mochuelo boreal. Además, hay lobos, especie que vuelve a poblar Pirineos después de más de 70 años.


Si vienes, es posible recorrer por tu cuenta la red de pistas y senderos abiertos al uso general, pero también puedes contratar visitas guiadas con varias empresas locales que realizan recorridos en todoterreno.

La diversidad es uno de los encantos de la naturaleza. El bramido del ciervo en celo no es tan melodioso como el gorjeo del colorín, pero en el bosque encajan igual la ortiga y la violeta. Tan pastoril es el aleteo de una mariposa como el testarazo de dos machos adultos que se disputan a las hembras con nobleza. La berrea se parece menos a una pelea de bar que a un duelo entre caballeros.


30 comentarios

  1. Nunca he leído un artículo semejante y tan completo sobre la berrea. No hay nada en la red similar Ignacio. Gracias por ilustrarnos con este artículo de tan magna calidad.

    1. ¡Muchas gracias por tu comentario, Nelson! Hay otros muchos lugares de España donde poder disfrutar de la berrea, por supuesto. Me alegra que te haya gustado. Un cordial saludo.

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