Templo del piragüismo en España: 6 claves para entender el Sella

Ignacio Luque
Ignacio Luque
descenso del Sella

Del mismo modo que la maratón de Nueva York es la primera de las de su especie, el descenso del río Sella es el más relevante de cuantos se llevan a cabo en el mundo.  La fama se deriva de la sensacional naturaleza por la que discurre y de su afianzamiento en el calendario deportivo. Desde hace más de 75 años, las aguas de este espectacular río asturiano se convierten por un día al año en lugar de peregrinaje para los amantes del piragüismo.

Palistas profesionales y amateurs de todas las nacionalidades se citan cada primer sábado de agosto para recorrer los últimos 20 kilómetros de este río, hasta el encuentro con las aguas del Cantábrico, en busca de emoción y prestigio.

© Pepe Rubiera (Turismo Asturias)

Pero bajar el curso del río Sella es mucho más que una competición.

Si eres de los que prefieren la piragua al coche, seguramente navegar las aguas del Sella se convierta en tu opción anual. Te invito a que navegues por el curso de un río idóneo para los aficionados al remo y a las actividades de aventura que visiten la tierra de la Virgen de Covadonga.

Descenso del Sella: Una guía paso a paso

Nattule te da seis claves para que disfrutes de sus aguas, cruces o no la meta en el puente de Ribadesella:

1. El origen de la competición

“Guarde el público silencio (bis)

y escuche nuestra palabra (bis)

De orden de Don Pelayo

después de medir las aguas,

presidiendo el dios Neptuno

los actos de esta olimpiada…”

Poco podía imaginar Dionisio de la Huerta, impulsor del descenso, cuando propuso a sus amigos realizar un tranquilo paseo en canoa por el río Piloña, que aquella apacible idea sería el germen de la competición piragüista más importante del mundo.

La carrera ha sorteado con nota escollos fuera del agua. Ni siquiera el parón que supuso la Guerra Civil pudo acabar con su empuje, de modo que tras la contienda el Descenso del Sella resurgió con más fuerza y atrajo a piragüistas de toda Europa.

© Damián Arienza

La salida ya no está en Coya, ni siquiera en el mismo río, pero el entusiasmo de quienes recorren hoy día el Sella es el mismo que el de los pioneros de aquella jornada de 1929: probarse a uno mismo, pasarlo bien y disfrutar de la naturaleza.

Ahora no se trata solo de una competición y no hay que esperar a agosto para hacerlo. Todo aquel que visita Asturias, en cualquier fecha, puede realizar al menos una parte del descenso, si bien formar parte de la Fiesta de las Piraguas es una experiencia casi única.

Lo demuestra la participación de miles de piragüistas de diversos países y el ambiente festivo que acompaña a la carrera. Puedes presenciar la emotiva salida marcada por los versos que compuso De la Huerta y luego coger tu kayak para seguir a los participantes río abajo.

© David Fernández Molina

2. La naturaleza que abraza al río

No solo la fiesta rodea al Sella. El recorrido aguas abajo de este río te llevará a atravesar uno de los parajes más bellos de España. No en vano, el cauce del río Sella es el más importante del este asturiano.

Su nacimiento se encuentra en pleno Parque Nacional de Picos de Europa, en una zona conocida como la fuente del Infierno, en la provincia de León. La cercanía entre este punto y el mar, apenas 42 kilómetros, y el desnivel existente convierten al Sella en un río corto y de fuertes pendientes, muy atractivo para navegar.

© Enrique Bárzana Viego

En su tramo alto, el Sella conforma uno de los principales enclaves paisajísticos de Asturias. El río discurre por el desfiladero de los Beyos, una impresionante garganta de unos 20 kilómetros de longitud que forma parte del Parque Natural de Ponga. No te pierdas la oportunidad de conocer este maravilloso espacio natural con esta actividad de senderismo por el corazón del paraíso asturiano.

La zona que se desciende, aunque próxima ya al Cantábrico, sigue manifestando naturaleza en todo su esplendor. Como piragüista, navegarás entre espesos bosques de arces, robles y fresnos. Si vas atento, es muy posible que avistes algún ejemplar de tiragaña, una pequeña planta carnívora de florecillas violetas que crece en los taludes más umbríos y húmedos de las orillas del Sella.

© Carmen F.T.

3. Los otros habitantes del Sella

Los amantes de la naturaleza encuentran en la parte alta del Sella un refugio para las especies más emblemáticas de la fauna ibérica. Se trata de un lugar destacado donde ver al lobo ibérico,  el oso pardo, el quebrantahuesos y el urogallo cantábrico. Otros tesoros faunísticos más desconocidos son el desmán ibérico (un endemismo ibérico que recuerda a un topo de agua) y la salamandra rabilarga, uno de los anfibios más amenazados de la Península.

Todas estas especies pueden encontrarse en otras partes de Asturias y seguramente verás algunas de ellas si te apuntas a esta actividad para descubrir Somiedo en primavera.

Además, el río Sella destaca también por ser uno de los últimos refugios para el desove de salmones, reos y truchas que buscan los tramos altos y zonas más inaccesibles a finales de primavera.

© Víctor Sánchez

Los grandes hayedos y bosquetes de tejos y acebos ponen la nota de color en estas zonas agrestes. Si no te gustan las aglomeraciones, es  mejor visitar esta zona fuera de la época estival, muy masificada, para que disfrutes de todos estos tesoros naturales. La observación de fauna y el bullicio son acérrimos enemigos, como bien sabes.

La parte media del río es más navegable, con aguas más profundas, y es por donde se desarrolla la mayor parte del recorrido del Descenso Internacional. Es hábitat de nutrias, pequeñas aves como mirlos acuáticos y algunas especies de rapaces que se cobijan en las espesuras de las riberas.

4. La nota de emoción

El recorrido a lo largo del Sella parece sencillo, pero para quien no lo conoce esconde algunos tramos que pueden complicarle el descenso.

Los rápidos del rabión del Diablo y los de la antigua presa de Santianes pueden hacer oscilar tu kayak. El agua empezará a coger fuerza pasado el puente de Toraño y tendrás que buscar el camino más adecuado entre las rocas que se esparcen por el cauce para no zozobrar. Entre unos y otros, la larga recta de La Requexada, que cuenta con uno de los pozos más profundos del Sella, es un espacio privilegiado para los espectadores.

© David R. Moreno

Un poco antes, la zona del Picu de la Vieya es otra de las más interesantes. Aquí, el río se estrecha de repente para dar lugar a otros rápidos que tendrás que combatir. El nombre proviene de un pico cercano, que podrás contemplar por la margen derecha.

Lejos de hacerlo peligroso, sin embargo, estas pequeñas dificultades solo añaden emoción al recorrido. Demuestra que eres capaz de combatirlas y únete a esta actividad para descender el Sella en canoa

© Turismo Asturias

5. El encuentro con el Cantábrico

A unos 4 kilómetros del final del recorrido, el río se encuentra con el Cantábrico y se forma la ría. La acción de las mareas hace que esta parte del descenso sea distinta cada año y que haya que poner mayor empeño en remar para hacer frente a la fuerza del agua. Por esta razón, las empresas de turismo activo suelen finalizar el recorrido 5 kilómetros antes, en Llovio.

© asturiasguiada.com

Si eres de los valientes que se lanzan a la competición pasarás por una zona catalogada como de Especial Protección para las Aves y Lugar de Interés Comunitario.

En mitad de la ría, la isla de La Boticaria, a pocos metros de la desembocadura, constituye un punto clave para los piragüistas. Cuando la marea está alta, es posible rodearla por su margen derecho. Sin embargo, si es baja, superar este punto puede resultar complicado. Algunos años se ha llegado a permitir a los piragüistas atravesar la isla a pie, con sus embarcaciones a pulso.

© Eduardo Aquilare

6. La alternativa

Palear no es la única forma de disfrutar del Sella. Para los que no son muy deportistas, el día del Descenso Internacional se da la posibilidad de coger el tren fluvial, un convoy que discurre paralelo al río durante todo el recorrido.

La salida la realiza en Arriondas, justo después de los piragüistas, y los sigue a lo largo del descenso. Hace algunas paradas estratégicas para que los riosellanos de secano puedan contemplar las hazañas de los campeones.

© Begoña Seijo Marcos

El tren se convierte de esta forma en la mejor tribuna para aquellos que quieren formar parte de esta aventura sin esfuerzo.

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Del mismo modo que todos somos hombres, pero no todos Brad Pitt; o todas mujeres, pero pocas Scarlett Johansson, hay muchos descensos, pero ninguno comparable al del río Sella. El viajero que se atreva a recorrer su vertiginoso curso quedará tan prendado que, a partir de esta aventura, mirará a los lagos con desdén.

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3 comentarios

  1. Hola Ignacio. Me ha gustado el post. Las imágenes son impresionantes y te has tenido que currar un montón el tema de los dibujos (molan un montón). Me ha recorrado tu texto el verano pasado cuando fuimos a Arriondas a hacer el descenso del Sella en canoa previo paso por Llanes que fue nuestro lugar dormitorio. La experiencia por tierras asturianas fue sensacional y hemos prometido volver por esos lares. Un saludo y enhorabuena.

  2. Qué gran artículo Ignacio!! Nos ha encantado la pasión con la que has narrado cada detalle sobre el Descenso del Sella. La verdad es que esta competición, delcarada de Interés Turístico Internacional atrae a millones de participantes (y no participantes) desde distintos puntos del mundo cada año. ¡Es algo increíble! Y gracias a post como este cada año va en aumento! Te lo agradecemos!!

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