Las fuerzas de la naturaleza de Golden Circle: la Islandia más indómita

Julia Campos
Julia Campos
Golden Circle Islandia

Al igual que en el fútbol Messi y Cristiano son complementarios, en Islandia lo son frío y calor. No es que se necesiten, es que comparten espacio. Por eso, si te gustan los contrastes, Nattule te recomienda que visites este país nórdico donde tendrás la oportunidad de tomar baños a temperatura mediterránea rodeado de cumbres nevadas.

El agua y el fuego se concentran a las puertas del Círculo Polar para dotar al país de volcanes, glaciares, piscinas termales y campos de lava. En sus paisajes no se nota la mano del hombre, lo que no es de extrañar si se tiene en cuenta que en sus 103.000 kilómetros cuadrados viven más ovejas que personas.

Otro de sus atractivos, al menos en verano, es que la noche no existe. Nada mejor que aprovechar las 24 horas de luz para realizar el Golden Circle, una ruta en coche que pasa por los puntos más emblemáticos de la geografía islandesa, con partida y final en su capital, Reykjavik.

Hay muchas opciones para disfrutar de esta ruta a la que cada año se suman nuevas paradas. Nattule te propone 8 itinerarios imprescindibles para conocer los extremos de la naturaleza en Islandia:

1. Thingvellir, entre dos continentes

Thingvellir se encuentra aproximadamente a 45 kilómetros al norte de Reykjavik. Para llegar, tienes que coger la carretera número 1 hasta pasar Mosfellsbaer y después girar a la derecha y seguir por la 36, que te llevará directo a este Parque Nacional.

Este valle es uno de los más importantes de la historia islandesa. En él se constituyó una de las primeras instituciones parlamentarias del mundo, el Alping, que se reunió por primera vez en el año 930.

Además Thingvellir es célebre por encontrarse justo sobre la falla que separa las placas tectónicas de Norteamérica y Eurasia. De hecho, se afirma que este valle es uno de los pocos lugares donde resulta evidente la tectónica de placas, dado que la falla se abre un par de centímetros cada año.

Hay muchas actividades para realizar en Thingvellir. Existen varias rutas de senderismo y caminos para montar a caballo. Además, está permitido acampar en dos zonas diferentes del Parque: en Leirar, a 5 minutos del centro de información, y en las inmediaciones del lago Thingvallavatn.

Pero si quieres vivir una experiencia realmente única tienes que bucear en la grieta de Silfra, el único lugar del mundo donde podrás sumergirte justo entre dos placas tectónicas. Allí el agua es tan cristalina que desde la superficie puede verse lo que hay sumergido en un radio de 100 metros. Un pero: está tan fría que para sumergirte necesitarás llevar un traje especial, conocido como traje seco, por lo que lo más conveniente es realizar la actividad con una empresa que pueda proveerte de todo el material.

2. Un baño termal en Laugarvatn

La mayoría de excursiones organizadas para hacer el Golden Circle no contemplan esta parada. Sin embargo, el entorno del lago Laugarvatn es un lugar idílico para conocer otro de los grandes atractivos de Islandia: las piscinas termales.

Si conduces desde Thingvellir tardarás apenas media hora en llegar a este paraje. Tienes que bordear el lago Thingvallavatn hasta llegar a una bifurcación. A la izquierda, sale la carretera 365 que llega hasta Laugarvatn.

© Thóra M. Ólafsdóttir (Golden Circle Islandia)

El lago y la ciudad colindante pertenecen a una zona caliente. Lo que quiere decir que tanto en las orillas como bajo el mismo lago existen fuentes termales, por lo que el agua se mantiene siempre templada y es posible bañarse durante todo el año.

Si aún así prefieres algo más cálido, puedes probar las piscinas termales ubicadas en una orilla, que cuentan con sauna y todas las comodidades para atender a los visitantes. Además, es posible practicar deportes acuáticos o hacer senderismo por los alrededores y explorar las laderas del monte Laugarvatnsfjall, cubiertas de abedules.

© Natalia Grociak  (Golden Circle Islandia)

Otra opción interesante, probar el pan de centeno que elaboran los lugareños y que dejan cocer enterrándolo junto a las fuentes termales.

3. Bruarfoss, la joya escondida de Islandia

La cascada de Bruarfoss es un auténtico tesoro escondido en Islandia. A pesar de estar muy cerca del Golden Circle no se ve desde la carretera ni tiene ningún tipo de señalización, por lo que es una gran desconocida incluso para los islandeses.

En el caso de que decidas visitarla toma nota de las siguientes indicaciones para no perderte.

A la salida de Laugarvatn coge la carretera 37 que se dirige a Haukadalur. Una vez pases el cruce con la carretera 335 verás una zona residencial con casas de veraneo que queda a la izquierda. Tienes que tomar el tercer camino de gravilla y conducir entre las casas hasta que llegues a una pequeña zona de aparcamiento. Desde allí continúas a pie, cruzas un pequeño puente de madera y en unos 5 o 10 minutos estarás en la cascada.

Bruarfoss no es el Niágara, no es un gran salto, pero deja boquiabierto al visitante porque está formada por decenas de pequeñas cascadas que caen sobre una profunda laguna para crear un torbellino de aguas turquesas.

Antiguamente, un gran arco de piedra se erguía sobre el río Bruar, cerca de la cascada. Hoy, este puente natural ya no existe. Pero hay otras maravillas para explorar alrededor. Si te gusta andar puedes hacer una ruta de senderismo de unos 10 kilómetros que te llevará por la orilla hasta el espectacular cañón de Brúarárskörd, lugar del nacimiento del río.

4. El valle de los géiseres: Haukadalur

Visita imprescindible en Islandia, Haukadalur es sin duda la mayor atracción turística del país.

En este valle geotérmico, activo desde hace más de mil años, se distribuyen una docena de géiseres y fuentes termales. El lugar no tiene pérdida, solo tienes que continuar hacia adelante por la misma carretera que te llevó hasta Laugarvatn.

En Haukadalur conocerás al rey de los géiseres. Geysir fue tan importante en su época que le prestó su nombre a todos los fenómenos de este tipo ocasionados en el mundo.

Hubo un tiempo en el que sus explosiones se producían cada día y alcanzaban los 80 metros de altura. Desgraciadamente, ya no podrás deleitarte con su espectáculo, pues desde 1916 se considera inactivo. Las piedras y otros objetos que la gente tiraba para tratar de provocarlo causaron el efecto contrario y hoy solo queda en su lugar un gran charco de agua en estado de ebullición.

El géiser que no te defraudará será Strokkur, el segundo en tamaño de Haukadalur. Podrás verle explosionar cada 5 o 10 minutos con chorros que superan los 20 metros. La actuación atrae cada día a decenas de turistas que se acercan a fotografiar el enorme surtidor precedido de una bella burbuja azul.

5. Gullfoss, la cascada dorada

Gullfoss está a tan solo 10 minutos de Haukadalur y, junto con el geiser Strokkur y el valle de Thingvellir, constituye la parte más famosa del Golden Circle.

La cascada se encuentra en la parte alta del río Hvita, que tiene su nacimiento en el glaciar de Langjökul, el segundo más grande de Islandia. También se la conoce como la cascada dorada, pues en los días de sol se reflejan los sedimentos que el río arrastra del glaciar y se viste con tonos dorados.

Aunque en Islandia existen muchas cascadas, esta es una de las más espectaculares. El agua cae en dos saltos, de 11 y 21 metros respectivamente. El segundo salto se pierde en una estrecha garganta que, vista desde arriba, parece ser mucho más alta y da la sensación de que el agua se precipita a las entrañas de la Tierra.

Esta es la visión que tendrás si decides dejar el coche en el aparcamiento superior, junto al centro de visitantes. La segunda opción es estacionar en un aparcamiento habilitado en la parte baja, con lo que tendrás una perspectiva diferente de la impresionante Gullfoss.

El recorrido completo para visitar la cascada puede hacerse en unos 15 minutos. Pero puedes tomarte el tiempo que quieras para pasear por los alrededores y admirar el paisaje, compuesto de sauces y arbustos de arándanos. En las tardes de verano, es otra sorpresa descubrir el arco iris que se dibuja sobre el agua.

6. La incomprendida Faxi

Faxafoss, o simplemente Faxi, es una versión reducida de Gullfoss.

Se encuentra situada al suroeste de Gullfoss, a aproximadamente 20 kilómetros por carretera. Para llegar tienes que coger de nuevo el camino en dirección Haukadalur y, unos 5 kilómetros pasado el valle geotérmico, girar a la izquierda. Si no la encuentras en tu guía es porque quizá aparezca con el nombre de Vatnsleysufoss, ya que también se la conoce así.

Faxi forma parte del río Tungufljót, un afluente del Hvita que tiene su origen en el lago Sandvatn. No es tan impresionante como su hermana mayor (solo tiene 7 metros de altura) por lo que mucha gente se la salta en su visita al país. Sin embargo, sus casi 80 metros de ancho la hacen merecedora de un puesto en el top ten de cascadas de Islandia.

© Ma Qianli (Golden Circle Islandia)

Cerca de allí existe una zona de acampada y un área recreativa donde puedes hacer un alto en el camino para completar tu visita con una comida campestre mientras disfrutas de las vistas.

7. Kerid, el volcán del lago azul

Desde Faxafoss, por la misma carretera, llegarás al volcán Kerid. Si te desplazas desde Reykjavik solo tienes que coger la carretera 1 hasta la bifurcación con la 35.

Justo al lado de la carretera se extiende una apacible colina cubierta de hierba que en invierno se tiñe de blanco por la nieve. Es una colina como otra cualquiera, al menos en principio. Cuando eches a andar, sin embargo, la verás cortarse de repente para dar paso al cráter del volcán Kerid. En el fondo de este cráter se halla un pequeño lago de color azul intenso rodeado de paredes de piedra rojas por el óxido.

La estampa es maravillosa. Lo demuestra el hecho de ser uno de los paisajes más fotografiados de Islandia, a pesar de no tener tanta fama como otros del Golden Circle.

El cráter, formado hace unos 3.000 años, tiene apenas 270 metros de diámetro en su parte más ancha. Una de las laderas, menos empinada que las demás, se puede descender y te permite rodear el lago para dar un agradable paseo.

Si tienes la oportunidad, no dudes en asistir a alguno de los eventos que se realizan en el lago durante el verano. Sobre el agua se improvisan escenarios flotantes y las laderas cumplen la función de un anfiteatro natural para albergar al público.

8. Senderismo en el spa natural de Reykjadalur

El valle de Reykjadalur se encuentra situado a 40 kilómetros de Reykjavik, junto al pueblo de Hveragerdi, en la carretera número 1.

En Hveragerdi, tienes que coger la tercera salida de la rotonda (la primera si vienes desde Kerid) y recorrer la calle principal hacia el norte. En Reykjadalur hay un aparcamiento donde puedes dejar el coche.

Hasta hace unos pocos años, era un lugar desconocido para los turistas, una joya natural de la que solo disfrutaban los islandeses. Sin embargo, ahora es muy popular y es posible que te cruces con grandes grupos de turistas. Que eso no te impida visitarlo, pues combinar en este valle una ruta de senderismo con baños en aguas termales es el plan perfecto para una excursión de un día.

© Pauliina Maula (Golden Circle Islandia)

La ruta no es larga. Hay solo 3 kilómetros de recorrido hasta llegar a la zona habilitada para el baño. Caminarás de cara a las montañas, paralelo al curso del río a través de frondosos pastos cubiertos de vapor y divisando de vez en cuando pequeñas cascadas. Haz caso a las señales que te indican dónde el agua está demasiado caliente para bañarse y espera a llegar al lugar adecuado.

Esta experiencia es muy diferente a las tradicionales piscinas termales. En Reykjadalur no hay vestidores donde cambiarse ni ningunas otras instalaciones. Cuando te sumerjas en el río caliente, rodeado de las espectaculares montañas de lava, comprenderás que te hallas inmerso en la auténtica naturaleza de Islandia.

© Nando Machado | Instagram: @nandomac_photo

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Lo mismo que un hombre amolda su estado de ánimo a sus circunstancias, un país también cambia según le vaya, como aclara el caso de las naciones donde la sinrazón ha contaminado a la geografía. De ahí la importancia de elegir como destino turístico un lugar tan genuino como Islandia, donde el viajero descubre que un baño termal en plena naturaleza es una experiencia única.

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