Qué ver en Brasil: 140 kilómetros de la aventura más salvaje

Ignacio Luque
Ignacio Luque
Brasil salvaje

Si te gustan las cosas en su sitio, en Pantanal lo pasarás mal. En cambio, si lees a García Márquez, deberías venir. Pantanal es el realismo mágico aplicado a la naturaleza. No es que los jaguares bailen bossa nova y los caimanes trafiquen con dientes de oro, pero este humedal que se extiende por Brasil, Bolivia y Paraguay parece sacado de Cien años de soledad. Lo que lo convierte en el destino idóneo del viajero que no teme perder la maleta.

La maleta, al fin y al cabo, es para los que retornan. Y aquí no es posible echarse atrás. El que quiera fauna civilizada, que escoja el zoo de Madrid. Y el que prefiera flora ordenada, que visite Holanda. Tú no eres de ésos, claro, pero si vienes a Pantanal ten en cuenta que te encontrarás con un hábitat salvaje que te hará cuestionar la importancia del pijama.

Pantanal, el gran humedal de Brasil

Catalogado como el mayor humedal de agua dulce del planeta, Pantanal es el destino turístico preferido de quienes arriban a América del Sur en busca de emociones verdes. El humedal tiene una baja densidad de habitantes. Hay, a ojo de buen andaluz, un millón de árboles por persona. En la época de lluvias, los nativos usan embarcaciones o caballos de raza pantaneira para salvar las enormes distancias de este paraje protegido de 220.000 kilómetros cuadrados.

Llegar aquí es relativamente fácil. En Cuiabá, la capital del estado de Mato Grosso y puerta de acceso a la zona de Pantanal Norte, tienes la posibilidad de alquilar un coche y recorrer los más de 140 kilómetros de la Transpantaneira, una pista de tierra que une Poconé con Porto Jofre. En el trayecto cruzarás más de 120 puentes de madera.

Los puentes de madera son distintivos de la Transpantaneira

A lo largo de este camino, Nattule te propone 6 aventuras para que seas carne de Pantanal:

1. Esperas al amanecer o al atardecer para observar fauna silvestre

La estación seca, que se extiende desde junio a octubre, es la mejor época para observar la fauna. El descenso del nivel de las aguas facilita el desplazamiento por las llanuras de la mayoría de los grandes mamíferos salvajes y también de otras especies. Así, aves como el guacamayo jacinto, el jabirú y el ñandú y otros mamíferos como el capibara, el oso hormiguero,  el venado de los pantanos, el tapir y el lobo de crin son fáciles de distinguir. Para ver anacondas, nutrias gigantes y jaguares hay que aguardar a la caída de la tarde. No se llevan bien con el calor.

Guacamayos jacintos curioseando desde un tronco

Desde las 5 de la mañana hasta las 10 de la noche tendrás oportunidad de contemplar toda clase de animales, ya sea a pie o en todoterreno. Una buena opción es partir de Cuiabá y coger la carretera que te lleva a Poconé, situada a 100 kilómetros. Poco después de dejar atrás esta ciudad, la carretera deja paso a una pista de tierra conocida como la Transpantaneira. No tendrás que conducir más de un kilómetro para encontrarte ya inmerso en pleno Pantanal, donde empezarás a ver una gran cantidad de aves y capibaras.

Grupo de capibaras huyendo del calor

2. Paseo en caballo pantaneiro al amanecer

A lomos de uno de estos caballos conseguirás llegar a  zonas anegadas imposibles de alcanzar si vas a pie, en todoterreno o en embarcación. La mayoría de lugares donde alojarse en Pantanal Norte ofrece este tipo de excursiones guiadas. En el tramo de Cuiabá a Poconé la oferta para esta clase de actividades es amplia. Acompañado de un guía local los jinetes más experimentados podrán pasear por los prados inundados en la estación lluviosa. Si por el contrario, no eres muy iniciado en estas lides, la estación seca es más recomendable para ti.

El caballo es la mejor opción en la estación lluviosa

No te olvides de llevar ropa apropiada, repelente de mosquitos, botas y sombrero.

3. Ecoturismo pesquero en la guarida de las pirañas

El humedal de Pantanal destaca también por su riqueza de especies de peces fluviales. En concreto, cohabita en torno a un cuarto de millar, lo que significa que hay más variedad de peces de agua dulce que en todo el viejo continente europeo. El cebo está permitido. En los ríos Cuiabá y Pixaim existe una arraigada tradición pesquera. En la pequeña localidad de Barão de Melgaço, a orillas del río Cuiabá y a menos de dos horas en coche de la capital de Mato Grosso, la pesca es uno de los motores económicos de la región.

Una bella estampa del atardecer sobre el río Cuiabá

Una visita guiada a los corixos (palabra local para designar a los canales temporales formados durante la estación lluviosa), como el Moquém, Corixão o el Corixo Verde, es la mejor opción para entender el intrincado y delicado ciclo que las aguas deben llevar a cabo anualmente para el mantenimiento de este ecosistema.

Si deseas conocer, además, otros de los valores de la cultura pantaneira, degusta platos típicos locales como el caldo de piraña, o pintados y pacúes cocinados de manera tradicional.

4. Expedición pantaneira

Las excursiones a pie, durante la estación seca y con un guía experimentado, suponen otra gran oportunidad para que conozcas los diferentes ambientes que componen Pantanal y son la forma de tener un contacto directo con la flora y la fauna. Debes estar atento al espectáculo que supone la altísima concentración de caimanes yacarés, lo que sin duda te hará sentir que estás en un territorio donde el adjetivo salvaje se queda pequeño.

Caimanes yacarés reposando al sol

Una de estas expediciones te llevará por el cauce del río Claro, a 40 kilómetros de Poconé. Allí, desde una plataforma de madera construida sobre un árbol, podrás observar el paisaje de Pantanal en 360०; desde los bosques tropicales de los alrededores del río hasta la sabana. Si eres madrugador, disfrutarás del magnífico amanecer sobre Pantanal.

A pie puedes encontrar rincones espectaculares

5. Acampar con los pantaneiros y sus comitivas de ganado

Los ganaderos locales del río Claro tienen dos citas anuales obligadas marcadas por la estación. En las comitivas de ganado acompañarás a los pantaneiros en la búsqueda de las zonas más propicias para las reses y colaborarás en su trabajo diario. Apartar el ganado y ayudar en el marcaje y cura de animales serán algunas de las tareas que te encomendarán.  

Lugareño guiando al ganado por la Transpantaneira

Tras la jornada, acamparás en plena naturaleza, conversarás con los ganaderos y disfrutarás de una cena típica pantaneira sentado junto a una hoguera, bajo un cielo, por estrellado, casi blanco.

6. Safari nocturno en canoa

Entre Poconé y Porto Jofre podrás realizar salidas en canoa y navegar por los ríos Pixaim o río Claro, donde la fauna es la protagonista. Si quieres observar al mayor felino de América, deberás dirigirte por la Transpantaneira a la encrucijada de los ríos Cuiabá, Três Irmãos y Piquiri, en la linde de Porto Jofre.

Oteando desde la canoa en busca de fauna

En este lugar, ubicado en el Parque Estatal de Encontro das Águas, reside la mayor población de jaguares del mundo. Dar un sigiloso paseo en canoa para buscar las orillas tranquilas al apuntar el día es la mejor manera de tratar de observar al rey de estas selvas.

Jaguar camina cauteloso por las orillas del río Piquiri (Brasil salvaje)

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En Pantanal te pellizcarás, no para comprobar si sueñas, sino para mantenerte despierto ante tanta grandeza. Pantanal es un combate de todos contra todos. Plantas, aves, lluvia, peces, charcas, reptiles, lagunas, felinos y humedales chocan aquí entre sí como si participaran en una pelea de maras. Pantanal aclara cuánto de república hay en el reino animal. 

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