Volcanes de Costa Rica: 7 joyas para descubrir una tierra de fuego
El país del ecoturismo por antonomasia no es solo fauna y bosque. Uno de los mayores atractivos de Centroamérica son los volcanes de Costa Rica, existentes gracias a que el país está erigido encima del llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, sobre el que se alzan la mayor parte de los volcanes del mundo.
Tres cordilleras volcánicas cruzan Costa Rica: el Rango Guanacaste, constituido por volcanes de tanta importancia como el Arenal o el Rincón de la Vieja; el Rango Volcánico Central, hogar de los conocidos Poás, Barva, y Turrialba, y el Rango Talamanca, que tiene un solo volcán.
Volcán Arenal
En total, las reservas de lava se cuentan por cientos, aunque solo 5 de estos cráteres se consideran activos. Alrededor de muchos de ellos se han establecido Parques Nacionales en los que es posible realizar muchas actividades de ecoturismo.
Volcanes de Costa Rica: Joyas para descubrir una tierra de fuego
Nattule ha escogido para ti siete de ellos para que descubras la vida que rodea al fuego:
1. Volcán Poás
Cerca de la ciudad de Alajuela, 20 kilómetros al oeste de San José, se alza este volcán activo cuya última erupción se documentó en 1953.
Con 2.700 metros de alto, cuenta con tres cráteres bien diferenciados. El principal se abre en una llanura de aspecto lunar que permanece desprovista de vegetación a causa de las constantes emisiones de azufre que produce. Con 1’5 kilómetros de diámetro, está considerado uno de los mayores volcanes de Costa Rica y permanece ocupado por una laguna de aguas ácidas e hirvientes.
Volcán Poás © ForeverInfinite
El sendero Sombrilla de Pobre, uno de los tres con los que cuenta el Parque Nacional Volcán Poás, te llevará hasta un espectacular mirador desde donde observar este cráter. El recorrido se hace en 10 o 15 minutos por un camino en el que abunda la Gunnera insignis, una planta de hojas enormes que en Costa Rica se usaba como improvisado paraguas. De ahí el nombre del camino.
Los otros dos senderos te permitirán adentrarte en el corazón del bosque nuboso que ocupa el resto de las 5.600 hectáreas del Parque. Recorriéndolos podrás disfrutar de una gran variedad de especies de aves y plantas. Entre las primeras, destacan los quetzales, yigüirros o colibríes. De las segundas, puedes ver bromelias, gunneras, ciprecillos y orquídeas, entre otros.
Gunnera insignis © Jacob Schantz
El sendero Laguna Botos se recorre en 30 minutos y te lleva a otro de los cráteres del volcán, esta vez dormido. La hermosa laguna de aguas cristalinas que lo ocupa da abastecimiento al resto del Parque y es la fuente de uno de los ríos más importantes del país, el Sarapiquí. Por último, el sendero Escalonia te lleva directamente al centro de visitantes.
Desde San José parte un autobús diariamente a las 8 de la mañana y llega a la entrada del Parque Nacional en 2 horas y media, previa parada en Alajuela.
Laguna Botos © Miss Michelle
2. Volcán Arenal
Desde que en 1968, tras más de 500 años de inactividad, el volcán Arenal comenzó a expulsar lava y cenizas se ha considerado uno de los volcanes de Costa Rica más activos. También, por esta razón, uno de sus mayores atractivos turísticos.
Este majestuoso volcán de 1.600 metros de altura se encuentra dentro del Parque Nacional Volcán Arenal, en el noroeste del país. A su alrededor, se extiende un bosque lluvioso de más de 12.000 hectáreas que cuenta con una vida silvestre excepcional, donde comparten espacio animales como los perezosos, los venados y los quetzales.
Volcán Arenal © David Giambalvo
Para visitar el Parque la opción más idónea es establecerse en el pueblo La Fortuna de San Carlos, situado a 3 horas en coche de la capital, San José, y a apenas 10 kilómetros del impresionante volcán. La forma cónica casi perfecta del Arenal es la primera estampa que divisarás al despertar desde cualquiera de los múltiples alojamientos de esta población.
Algunas personas encuentran en este volcán parecido con el Teide; así que puedes hacerte una idea sobrevolando con esta actividad de parapente biplaza en Tenerife el impresionante Parque Nacional que rodea a nuestro volcán.
Quetzal
El Parque Nacional Volcán Arenal cuenta con 3 senderos señalizados que puedes recorrer como gustes. El de Coladas te llevará a una zona en la que aún se puede observar la lava solidificada de la gran erupción de 1992. Desde este lugar, el más próximo al volcán, tendrás unas magníficas vistas del lago más grande del país, el Arenal.
El sendero del Ceibo recibe su nombre de un árbol ceibo de 200 años de antigüedad y más de 50 metros de altura que se encuentra en un lado del camino. Puede hacerse en conjunto con el sendero de Coladas, sumando 4 kilómetros en total. El tercer sendero, el de Heliconias, tiene solo 1 kilómetro de largo y parte justo desde el aparcamiento del Parque.
El área que rodea al volcán Arenal es también famosa por sus aguas termales. Puedes visitar el río Tabacón y darte un baño en sus aguas calientes que, según dicen, tienen propiedades curativas y cosméticas. Otra excursión corta y fácil de hacer desde La Fortuna es la visita a las cataratas del mismo nombre, un impresionante salto de agua de 70 metros.
Cascada de La Fortuna
3. Volcán Irazú
Con la mayor altitud de todos los volcanes de Costa Rica, el Irazú infunde respeto solo con su nombre. La palabra indígena Iztarú, de la que derivó Irazú, significaba montaña de los temblores. ¿Adivinas por qué?
El volcán es conocido por la larga lista de catástrofes originadas en la zona, reseñadas ya desde el inicio de la colonización española. A pesar de esto, el Irazú permanece ahora mismo inactivo y es posible visitarlo siguiendo los senderos del Parque Nacional del mismo nombre.
Volcán Irazú
Aunque la vegetación es escasa debido a la altitud (3.432 metros) y la fauna casi inexistente, merece la pena visitar este Parque, ya que el volcán esconde un par de sorpresas. Una de ellas es la laguna de color verde brillante que ocupa uno de los cuatro cráteres. La otra, las impresionantes vistas desde la cima del volcán. Si tienes suerte y el día es despejado, es posible observar a uno y otro lado los océanos Pacífico y Atlántico.
El Parque Nacional se encuentra situado a unos 32 kilómetros al noreste de Cartago, antigua capital del país parcialmente destruida precisamente por la erupción de volcán Irazú. Desde San José, el trayecto te llevará una hora y media recorriendo pintorescos paisajes.
Cráter Diego de la Haya © Ricardo Rojas Salazar
Algunos de los animales que es posible que veas en el entorno del volcán, entre la vegetación andina que lo cubre, son coyotes, puercos espines, armadillos o felinos salvajes.
4. Volcán Turrialba
El volcán Turrialba no goza de mucha popularidad entre los turistas que visitan los volcanes de Costa Rica. En parte, por tener que competir con su hermano mayor Irazú, con el que comparte base. Por otra parte, por su intensa actividad volcánica, que ha motivado la prohibición de acceder a él en varias ocasiones. El volcán registró una de sus mayores erupciones en septiembre de 2016, arrojando nubes de gases y cenizas que alcanzaron los 3.000 metros de altura.
Volcán Turrialba © Ricardo Rojas Salazar
Si no muestra esta faceta destructiva, sin embargo, el Parque Nacional del Volcán Turrialba es un lugar fascinante de naturaleza virgen e increíbles vistas de la costa caribeña. Cuando se puede visitar, es posible llegar hasta los 3 cráteres por senderos.
En las laderas del volcán, cubiertas de un verde bosque tropical, encontrarás muchas más especies vegetales y animales que en el vecino volcán Irazú. Allí se han identificado hasta 900 especies de aves, incluyendo el ave nacional de Costa Rica, el yigüirro. Además, en el Parque también se encuentra la fuente del río Turrialba, el más importante de la zona, y su salto de agua de 100 metros de altura.
Cascada La Pastora © Ricardo Rojas Salazar
Al pie del volcán se ubica la ciudad de Turrialba. Esta pequeña población se encuentra a unos 60 kilómetros de San José y es el punto perfecto para comenzar tu visita por el Parque.
Desde la ciudad también se pueden visitar las ruinas precolombinas de Guayabo, ubicadas en la falda sur del volcán. Este enclave arqueológico fue el principal asentamiento indígena del país, por lo que está catalogado como Monumento Nacional.
Monumento Nacional Guayabo
Si te gusta la arqueología, no te pierdas la oportunidad de seguir las huellas de nuestros antepasados con esta actividad para un fin de semana prehistórico en Ciudad Real.
5. Volcán Rincón de la Vieja
En la provincia de Guanacaste, 25 kilómetros al noreste de Liberia, se encuentra este volcán rodeado de misticismo y leyenda.
Cuentan que una princesa indígena se enamoró de un guerrero enemigo. El padre de la princesa, contrario a la relación, arrojó al joven al interior del cráter. Para estar siempre cerca de él, la princesa se retiró a vivir junto al volcán y aprendió a sanar con las plantas del lugar, labor que prosiguió también durante la vejez. Por esta razón, la gente del lugar empezó a llamar al volcán el Rincón de la Vieja.
Uno de los cráteres del Rincón de la Vieja
Si te ha picado la curiosidad, no dejes pasar la oportunidad de conocer este Parque Nacional, cuyo entorno guarda tanto encanto como su historia. A pesar de ser una de las zonas protegidas más espectaculares de Costa Rica, no es tan visitado como otros volcanes, quizá por no encontrarse cerca de ninguna ruta turística.
Su mayor atractivo es la mezcla de cascadas, fumarolas, géiseres y fuentes termales que puedes encontrar. En el sector situado al sureste del volcán, lo descubrirás todo. Hay 2 senderos para recorrer este sector, de 3 y 5 kilómetros. El más largo, lineal, te lleva hasta la catarata de la Cangreja. En el de menor distancia podrás dar un paseo circular por entre las pailas, pequeñas lagunas de barro hirviente.
Cascada la Cangreja © Casa Kaiki
Si subes a la cima, además, serás testigo de la variedad de paisajes que se suceden a lo largo de las 14.000 hectáreas del Parque. En la vertiente atlántica puedes encontrar bosque alto y sotobosque dominado por palmeras. Conforme asciendes, los bosques son más bajos y los árboles, retorcidos, están cubiertos de musgo. La cima, situada a 1.916 metros, tiene muy poca vegetación.
En ella encontrarás los 9 cráteres del volcán, de los que sólo uno arroja constantes fumarolas. La parte negativa es que quizá no dispongas de tan buenas vistas como en otros volcanes, ya que en la cima son frecuentes los fuertes vientos, las nieblas y los chubascos.
Nieblas sobre Guanacaste © Nazareth
6. Volcán Barva
El volcán Barva forma parte del Parque Nacional Braulio Carrillo, uno de los más extensos de la zona central de Costa Rica.
A pesar de no estar alejado de San José (a unos 30 kilómetros) no es de los parques más visitados. Sobre todo por el estado irregular de la carretera, que obliga a acceder en todoterreno.
El Parque Braulio Carrillo destaca por tener una exuberante vegetación, con más de 6.000 especies de plantas catalogadas. Las altas montañas, ríos, cañones y lagunas caracterizan también su orografía.
Vegetación del P. Nacional Braulio Carrillo © Audrey
Pero lo mejor es la cantidad de senderos con los que cuentas para explorar todo el Parque y acceder a los lugares de mayor interés. El que asciende hasta el cráter del volcán Barva tiene 3 kilómetros de largo y el recorrido de ida y vuelta te llevará unas 2 horas. Llegarás a los 2.900 metros sobre el nivel del mar para encontrarte con una hermosa laguna de aguas esmeraldas rodeada de vegetación.
Sendero en el interior del Parque
El sendero más largo es el de la laguna Copey, una zona pantanosa cercana a la anterior. Tiene 5 kilómetros y exige buen nivel físico. Los senderos del mirador Vara Blanca y de Cacho de Venado son más cortos. Resultan perfectos para disfrutar de las vistas y dedicarse a la observación de aves forestales y de primates como el mono cara blanca, el mono araña dorado y el mono aullador.
Entre los grandes mamíferos que viven junto al volcán Barva destacan los tapires, los pecaríes, los pumas y el jaguar, una especie emblemática de la fauna de Costa Rica.
Laguna del volcán Barva
¿Quieres conocer a una especie emblemática de nuestra fauna? Únete a esta actividad para observar al lince ibérico en Andújar (Jaén).
7. Volcán Tenorio
Alrededor de este volcán, en el norte de Costa Rica, se alza uno de los secretos mejor guardados de todo el país. El Parque Nacional Volcán Tenorio, aunque de difícil acceso, esconde rincones de gran belleza y se considera un lugar magnífico para realizar senderismo y adentrarse en la vida silvestre de la zona.
Este Parque Nacional fue declarado en 1995, por lo que es uno de los más jóvenes de Costa Rica. Cuenta con una gran variedad de ambientes, propiciada por la influencia de las vertientes atlántica y pacífica. Además, puede presumir del color azul turquesa de las aguas del río Celeste, debido al azufre emitido por la actividad volcánica.
Volcán Tenorio © oscaracso85
El volcán en sí mide cerca de 2.000 metros y tiene dos cráteres gemelos. Desde su cima las vistas son impresionantes: puedes contemplar la Reserva de Caño Negro, el lago Arenal e, incluso, el Gran Lago de Nicaragua.
Pero si quieres conocer en profundidad el Parque, lo más indicado es que transites el sendero Misterios del Tenorio. Después de 3 kilómetros desembocarás en la catarata del río Celeste o la Laguna Azul, prohibida para el baño por la cantidad de sustancias químicas naturales que contiene.
Además, el Parque también es hogar de una abundante fauna y es posible que te cruces en el camino con tapires y monos aulladores. Menos gracia te hará encontrarte con alguno de los felinos salvajes que lo habitan: ocelotes, jaguares o pumas.
Catarata del río Celeste
El acceso al Parque Nacional Volcán Tenorio no es fácil. A la ausencia de transporte público hay que sumar que la ruta más corta desde San José, a través de Quesada, está prácticamente sin asfaltar y tiene continuas pendientes y rocas sueltas. Existe otra ruta, que atraviesa Cañas, en mejor estado pero bastante más larga.
Probablemente, esta es la razón por la que el volcán Tenorio no es tan visitado como merece. Si te atreves a intentarlo, adelante. Alquila un todoterreno y lánzate a la aventura. El destino, sin duda, compensará los baches.
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El tigre trata mejor a la hierba que el antílope. La mala fama del felino no siempre está justificada. La mala fama del volcán, tampoco. En Costa Rica, lejos de meter miedo, se han convertido en un atractivo turístico. Los volcanes han dejado de ser los gamberros de las cordilleras. Ahora, en lugar de asustar, alegran el día al viajero.
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Magnífico artículo estimada Julia!
Es un lugar increíble para visitar, me gustaría invitarles a mi alojamiento y mostrarles todas las actividades que desarrollamos en la naturaleza.
Me gustaría colaborar con ustedes, sería un placer.
Un saludo!
Excelente articulo. He ido múltiples veces. Cualquier información que pudieran brindarme para visitar el volcán Barva y el Poas. Transporte para visitarlo. Así como el café Doka en las faldas del volcán se lo agradeceré.
El artículo es bueno pero se le faltó mención 2 volcanes más de la cordillera de Guanacaste, el volcán Orosi y el volcán Miravalles, el más alto de Guanacaste con 2028 metros s.n.m. ubicado en el cantón de Bagaces, produce energía térmica y como tal, es un punto de atractivo turístico ya que hay infinidad de Centros Turísticos con aguas termales medicinales. En cuanto al árbol de ceiba gigante en el parque nacional volcán Arenal, tiene más de 400 años de antigüedad, 48 metros de altura y un grosor de 22 metros. Saludos cordiales