Experiencias aéreas en España: pon tu adrenalina por las nubes
Leonardo Da Vinci dijo que quien volara una vez caminaría siempre con la mirada en las alturas porque añoraría regresar a lo alto. Su predicción la confirman las decenas de miles de aficionados a los deportes aéreos que siguen el camino abierto por Abbas Ibn Firnas, pionero en el siglo IX, y por el propio genio renacentista. También por Garnerin, quien en el París del siglo XVIII, saltó en paracaídas.
El reto de volar sin facturar motivó que en la década de 1950 numerosos aventureros pusieran las bases de estos deportes. Más de medio siglo después, las actividades de aventura han evolucionado al ritmo que lo ha hecho la tecnología. Lo que no cambia es el arrojo de quienes buscan y encuentran sensaciones únicas en el vuelo.
Si eres uno de ellos, o si quieres serlo, te propongo cinco experiencias inolvidables en parajes singulares de España donde han arraigado los deportes aéreos.
Cinco experiencias aéreas en España para poner tu adrenalina en las nubes
1. Parapente biplaza en la Sierra de Segura (Jaén)
En el marco de los deportes aéreos, el parapente es el rey, por su fácil accesibilidad y el abanico de emociones que genera.
Su origen se remonta a los años 70, cuando lo emplearon escaladores que buscaban una forma rápida de bajar las laderas de los picos que habían subido. Desde entonces se ha extendido su práctica y hoy son muchos los que surcan los cielos de esta forma simplemente por diversión.
Los requisitos necesarios para ello siguen siendo los mismos: una buena pendiente, la térmica perfecta y muchas ganas de alzar el vuelo. Si cumples con el tercero, te decimos dónde encontrar los dos primeros.
Junto a la población jiennense de Cortijos Nuevos, enclavada en la Sierra de Segura, se alza el monte del Yelmo, de 1.809 metros, considerado uno de los mejores lugares para la práctica del parapente en España. Su fama deriva de su fácil acceso, de sus buenas condiciones meteorológicas, que permiten el vuelo durante todo el año, y del atractivo del entorno natural que lo rodea.
Desde 1999, el Yelmo es además sede de uno de los mayores eventos dedicados a esta disciplina en España, el Festival Internacional del Aire (FIA), que cada primer fin de semana de junio reúne a miles de aficionados al vuelo libre y motorizado.
Para quién no tiene experiencia en los deportes aéreos, esta ocasión supone una oportunidad excelente para iniciarse, pues el programa incluye bautismos en vuelo biplaza. Si la fecha no te viene bien, no te preocupes, siempre tendrás ocasión de probar con nuestra actividad de vuelo en parapente en la Sierra de Segura.
Dejar que sea un piloto experimentado quien se encargue de la técnica te permitirá disfrutar de las vistas de la sierra, con los ríos Guadalquivir y Segura, y del patrimonio de municipios como Hornos o Segura de la Sierra.
¿Sabías que durante el FIA algunos pilotos inician su vuelo en parapente despegando desde una auténtica fortaleza almohade? Impresionante, ¿verdad?
2. Volar en paramotor sobre Sierra Nevada (Granada)
Conocido como el hermano menor del parapente, el vuelo tándem en paramotor en cualquiera de sus dos modalidades, a pie o sobre ruedas, cuenta cada vez con más adeptos debido a que ofrece más ventajas y mejores posibilidades que el parapente sin motor.
Surgido en Francia a finales de la década de los 80, la capacidad para poder despegar desde cotas bajas, con condiciones meteorológicas a priori poco favorables y la posibilidad de ser practicado por cualquiera marcan la diferencia con respecto a su afamado familiar.
Cada vez son más los simpatizantes del paracaídas que se decantan por esta disciplina. Además, otras de sus credenciales son el plus de seguridad y la autonomía en el manejo que ofrece frente a las demás modalidades de vuelo.
Sin duda, uno de los mejores escenarios de la Península Ibérica para su práctica es la provincia de Granada, donde cada año va creciendo la oferta de actividades de verano en Sierra Nevada. En Cenes de la Vega, una pequeña localidad al noroeste del Parque Nacional, existe una consolidada tradición al vuelo en parapente motorizado.
Desde aquí podrás volar en tándem a más de 1.500 metros de altitud, disfrutar de las panorámicas de esta espectacular sierra, contemplar sus cumbres y evadirte con un viaje hecho a tu medida.
3. Paseo en globo por Doñana (Sevilla)
Si ser tu propio chasis en el vuelo no te convence, hay opciones menos arriesgadas para surcar los cielos. En concreto, los vuelos en globo aerostático, que, aunque sorprenden por la velocidad en su ascenso, después se tornan en un suave paseo entre las nubes.
Una vez en las alturas, lo que predomina es el silencio. Y lo que importan son las vistas. Por eso, Doñana es uno de los mejores lugares para volar en globo, donde reconciliarte con el paisaje y recuperar sensaciones que habías perdido o que nunca encontraste.
Qué mejor forma de descubrir este Parque Nacional, célebre por la migración de aves, que a vista de pájaro.
El despegue se produce cerca de Gines, en Sevilla, provincia que fue cuna de Jesús González Green, pionero de la aerostación en España. Una vez arriba, disfrutarás de vuelos a gran altura y otros en los que el globo casi roza las copas de los árboles. Durante una hora podrás recorrer los distintos ecosistemas que componen Doñana: marismas, bosques, dunas e, incluso, el mar.
Si el viento lo permite, el regreso al punto de partida lo harás a través del Corredor Verde del Guadiamar, primer Paisaje Protegido de Andalucía, caracterizado por la presencia de encinas, dehesas y pinares.
Otro lugar de especial belleza para recorrer en globo aerostático es la altiplanicie murciana. ¿Quieres conocerlo? No te pierdas esta actividad de paseo en globo en Murcia.
4. Caída libre en la Costa Brava (Gerona)
El vuelo en parapente puede parecer osado, pero hay quienes utilizan otra vara aún mayor para medir la intensidad de sus emociones.
Pocas experiencias te harán vivir sensaciones tan extremas como un salto en caída libre, imagina descender a 200 kilómetros por hora desde 4.000 metros de altura.
Si quieres hacer algo más que imaginarlo, prueba a realizar un salto tándem en Empuriabrava, entidad enclavada en Girona. Además de ser uno de los lugares con mayor tradición paracaidista de España, es un referente para los aficionados de todo el mundo y un espacio perfecto para iniciarte si no tienes experiencia.
Te llevarán en avioneta desde el aeródromo de Empuriabrava, enmarcado en el Parque Natural de las Marismas del Ampurdán. Al alcanzar la altura necesaria, llega el momento de la verdad: un empujoncito y el salto al vacío, hasta los 1.500 metros de altura, cuando el monitor abre el paracaídas. Entonces tienes aproximadamente 5 minutos de suave planeo para deleitarte con la panorámica de esta parte de la Costa Brava, con el cabo de Creus y la bahía de Roses en primer plano.
5. Vuelo sin motor en la Sierra de Guadarrama (Segovia)
“Inventar un aeroplano no es nada, construir uno ya es algo, y volar, … ¡lo es todo!” Otto Lilienthal.
No fue hasta la década de los años 20, con la Primera Guerra Mundial, cuando comenzaron a perfeccionarse los primeros planeadores diseñados años atrás por Lilienthal.
Los planeadores actuales distan bastante de aquellos, pues los avances tecnológicos y la utilización de nuevos materiales han revolucionado este deporte. Conocido como vuelo a vela es la modalidad que mejor evoca la forma convencional de surcar los cielos.
Originalmente estos planeadores eran impulsados desde tierra, pero en la actualidad son remolcados por otros aviones que, una vez alcanzada la altitud adecuada, sueltan el cable de unión del planeador biplaza. Para muchos es la actividad deportiva aérea más auténtica y limpia que existe. Además es posible practicarlo, sin importar la orografía y otras condiciones, casi en cualquier lugar.
Alemania es el centro de esta modalidad, pero en varios puntos de España puedes disfrutar de esta aventura. El mejor está en Segovia. Para realizar vuelo sin motor en esta provincia tienes que partir desde el aeródromo de Fuentemilanos.
Sobrevolarás el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, el Parque Regional de la Cuenca Alta del río Manzanares y el entorno de la capital segoviana.
Si las condiciones meteorológicas lo permiten, tendrás unas vistas espectaculares del paisaje. Desde estas atalayas viajeras, que surcan los aires en total libertad y calma, te esperan 2.000 años de historia y un tesoro de la naturaleza bajo tus pies.
¿Te han entrado ganas de conocer Segovia desde lo alto? También puedes hacerlo en globo. Échale un vistazo a esta actividad de paseo en globo en Segovia.
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Que te sirvan un zumo de naranja en el puente aéreo está bien, pero no tiene comparación con la sequedad de boca que te origina volar por libre. El riesgo es un divertimento. La vida del que no se levanta de la mesa camilla puede ser larga, pero lo más emocionante que contará a sus biznietos es que un día se fue la luz.
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