10 humedales de España para saciar tu sed ornitológica
Si estás pensando en iniciarte en la observación de aves, la fortuna está de tu parte: las aves son de los grupos faunísticos más abundantes y ocupan casi la totalidad de ecosistemas de nuestro país, considerado por los expertos como el mejor de los destinos de la Unión Europea para pajarear. Hay citas de más de 450 especies de aves, además de un número excepcionalmente alto de endemismos y rarezas, que pueden ser avistadas en los humedales de España.
Cuando el solsticio de verano da paso al acortamiento de los días y el descenso de las temperaturas marca las pautas a seguir para la vida salvaje, muchas aves inician su tour anual en busca de los cuarteles donde pasar el otoño, el invierno y el comienzo de la primavera. Es entonces cuando muchos territorios de la Península acogen a estos viajeros, convirtiendo en parada y fonda a los humedales y deltas donde encuentran refugio y descanso, alimento o simplemente el broche a su peregrinaje.
Presta atención a los destinos de ecoturismo que te proponemos para disfrutar del espectáculo único que nos brindan las aves.
1) El triunfo del primer activista ambiental español: el Parque Nacional de Doñana
De cazadero real durante varios siglos a residencia ducal de la familia Pérez de Guzmán, Doñana tuvo muchos pretendientes antes de ser declarada Parque Nacional gracias al ilustre José Antonio Valverde. Hoy, es una de las reservas de humedales más importantes de Europa y es lugar de peregrinación para los amantes de las aves en Andalucía.
Situado entre las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz, el delta del Guadalquivir se ha constituido como una mezcla única de ecosistemas reconocido en todo el mundo por su gran riqueza ecológica. En especial, por las más de 120 especies de aves que la habitan, como flamencos, diferentes tipos de gansos o una de las mayores poblaciones del mundo de águila imperial ibérica. Pero además, Doñana es encrucijada clave para las rutas migratorias de las aves que proceden del norte de Europa en invierno.
Tienes muchas opciones para conocer toda la fauna que se esconde en estos parajes, pues la red de senderos que se extiende por el Parque es importante. Partiendo de los centros de visitantes del Acebuche o de la Fábrica de Hielo, puedes realizar rutas ciclistas a través de Matalascañas, acceder a bosques de ribera en el sendero del Acebrón o avistar aves desde alguno de los observatorios a lo largo del recorrido de La Rocina.
No te pierdas ninguno de estos puntos disfrutando durante un día completo de esta actividad de ornitología en Doñana.
2) Delta del Ebro, la llanura perfecta entre el mar y la tierra
Situado al sur de Cataluña, el segundo humedal en importancia de la península después de Doñana, es el resultado de una lucha histórica entre el río y el mar. También entre la naturaleza y el hombre; pues gran parte del paisaje está dominado por los arrozales, pilar económico de la región.
Pero lejos de restarle valor, estos cultivos ayudan a que este delta sea una de las zonas húmedas más ricas en flora y fauna del Mediterráneo. Dentro del Parque Natural pueden encontrarse diferentes hábitats, tales como lagunas, dunas, playas y, por supuesto, el río que a través de los bosques de ribera transporta los sedimentos que constituyen la plana deltaica.
Para conocer los diferentes entornos, puedes realizar recorridos a pie o en bicicleta que, saliendo de Deltebre, recorren las principales zonas protegidas del Parque. El Garxal, el Goleró, la Gola de Migjorn, la Alfacada y la laguna de la Encañizada deben figurar en tu libro de rutas. Si realizas la visita en otoño tendrás la oportunidad de ver desde los miradores a las miles de aves acuáticas que durante su migración colonizan los campos de arroz, ya recogido.
También se pueden realizar recorridos en kayak que se organizan desde el Centro Ornitológico del Delta del Ebro, situado en la Casa de Fusta, en la localidad de Amposta.
3) El humedal continental de La Mancha Húmeda
El paraíso de la avifauna acuática está en Castilla-La Mancha. Esta Reserva de la Biosfera engloba parajes tan significativos como Las Tablas de Daimiel, el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera o los complejos lagunares de Alcázar de San Juan, Villafranca de los Caballeros o Pedro Muñoz. En total, 400.000 hectáreas para saciar tu sed ornitológica.
Las Tablas de Daimiel
En la provincia de Ciudad Real se encuentra este humedal único en Europa, por ser el último ecosistema de tablas fluviales conocido. En él se combinan las aguas procedentes de las inundaciones de los ríos Guadiana y Cigüela con las aguas subterráneas de acuíferos cercanos, lo que ha ocasionado un hábitat muy singular en el que puedes avistar todo tipo de fauna acuática. En particular, las aves utilizan esta zona para la invernada, la muda y la nidificación.
Desde el centro de visitantes, al que se llega directamente desde Daimiel, parten tres itinerarios que puedes realizar a pie y que te llevaran a los distintos observatorios dispersos por todo el Parque. Un cuarto itinerario está habilitado para recorrerlo en todoterreno. En tu camino podrás observar al pato colorado, el ánade azulón, la garza imperial, la garceta común, la garcilla cangrejera, el somormujo lavanco o el porrón europeo, entre otros.
Únete a esta actividad para visitar las Tablas de Daimiel en 4×4, pasando por la laguna de Navaseca, y podrás disfrutar de todo ello.
Las Lagunas de Ruidera
A caballo entre las provincias de Ciudad Real y Albacete, las Lagunas de Ruidera conforman un característico paisaje de aguas remansadas, flujos y cascadas. Desde las poblaciones de Ruidera y Ossa de Montiel parten rutas que puedes realizar tanto a pie como en bicicleta para conocer las 15 lagunas que forman este paisaje y las diferentes especies de aves acuáticas que lo habitan, como las ánades, fochas, porrones y cercetas. También encontrarás algunas rapaces, como el aguilucho lagunero.
Si quieres conocer este Parque Natural de la forma más completa posible, no te pierdas esta actividad para visitar Ruidera a través de pequeñas rutas de senderismo.
4) Santoña, una marisma al antojo de las mareas
El Parque Natural de las Marismas de Santoña, Noja, Joyel y Victoria conforma todo un espectáculo de belleza y es uno de los paisajes marinos más impresionantes de nuestras costas. El estrecho vínculo existente entre el medio terrestre y el acuático otorga una extraordinaria riqueza biológica, estando citadas más de medio centenar de especies y un conteo de más de 20.000 aves.
Erigido paraíso natural de ornitólogos y amantes de la naturaleza, el propio Parque Natural te ofrece la posibilidad de realizar visitas ornitológicas guiadas en embarcación durante la bajamar para la observación de acuáticas. Especies de patos buceadores, aves marinas como alcas y charranes, rascones, zarapitos o espátulas en su escala hacia el sur son observados durante los últimos meses del año.
También tienes rutas a pie para adentrarte en paisajes tan singulares como la marisma de Solija o Bengoa, el canal de Boo o la laguna del Sorbal, única laguna de agua dulce de todo el complejo de humedales, y donde habitan fochas y porrones.
5) La Albufera de Valencia o el estanque ameno
Denominado así por algunos historiadores de la antigüedad, la Albufera es un extenso humedal localizado al sur de Valencia que fue originado por los aportes fluviales de los ríos Turia y Xúquer.
Está conformado por una gran laguna litoral rodeada de marjal (zona de arrozal) y fue declarado Parque Natural en 1986 para paliar el proceso de degradación consecuente de la acción humana. En los últimos años se están haciendo grandes esfuerzos por su conservación y, a pesar de los problemas que la amenazan desde los años 60, aún conserva muchos valores naturales, siendo un importante enclave para muchas poblaciones de aves acuáticas.
Puedes hacer un recorrido a pie desde el Centro de Visitantes de Racó de l’Olla que te llevará por los observatorios más importantes. Sin embargo, la visita más demandada es la del paseo en albuferenc (barca típica de la zona) por los canales de la Albufera. Antiguamente, se utilizaban para llegar hasta la isla de El Palmar, inaccesible a pie. Hoy en día su uso es plenamente turístico y te permite disfrutar de todos los encantos de este Parque Natural.
Entre las aves que habitan allí destacan el pato colorado, la garza real, la focha moruna, la cigüeñuela, el somormujo o el zampullín. ¿Cuántas de ellas serías capaz de observar en esta visita al Parque Natural de la Albufera de Valencia?
6) Gallocanta: grullas y mucho más
Para un origamista japonés Gallocanta sería una fuente de inspiración. Para tí, que buscas otear aves de carne y hueso, es un espectáculo de la naturaleza en el que disfrutar de las llamativas bandadas de grullas que recalan cada año en estas tierras.
La Laguna de Gallocanta es el mayor humedal salino de España y uno de los mejor conservados de Europa. Situada al suroeste de Zaragoza, sobre una planicie a 1.000 metros de altura, sus aguas son el área de descanso de miles de ejemplares de grullas durante sus migraciones, además de hábitat o zona de paso para otras 200 especies de aves.
Si quieres ir en pos de la reina del lugar, puedes realizar un recorrido desde la localidad de Gallocanta, donde algunas pistas de tierra se adentran hasta la laguna. En el observatorio de la ermita del Buen Acuerdo podrás observar la llegada de los bandos de grullas al anochecer durante noviembre y diciembre. Dirígete luego a Berrueco, pues desde el mirador del Castillo tendrás una vista completa del paraje, lo que te facilitará encontrar otras aves.
De la localidad de Tornos también parten senderos que te llevarán a otras zonas interesantes de la laguna, y camino a Bello encontrarás un centro de interpretación donde terminar con algunas informaciones más prácticas sobre el humedal.
7) Un oasis entre palomares: las Lagunas de Villafáfila
En mitad de la estepa cerealista castellana se ubica este humedal formado principalmente por 3 lagunas estacionales y poco profundas: Laguna Grande, Barillos y Las Salinas.
Entre las tres suponen aproximadamente 400 hectáreas que en invierno acogen a casi la mitad de las aves acuáticas de Castilla y León, como los tarros blancos, cercetas comunes, los patos cucharas y los ánsares comunes, de los que se han avistado hasta 20.000 ejemplares algunos años. Otras especies de ánsares como el careto, el piquicorto y las barnaclas cariblancas son compañeros más o menos habituales en los grandes bandos de comunes.
Existe un sendero de unos 15 kilómetros para recorrer a pie que parte de la Casa del Parque, situada en la carretera que va de Villafáfila a Villalpando. Podrás bordear la Laguna Grande y llegar hasta alguno de los miradores más significativos de la Reserva.
Muy ligados a estos hábitats se encuentran poblaciones de avutarda, sisón, ortega, alcaraván, lechuza campestre y mochuelo, aprovechando estos últimos las ruinas de edificaciones en pueblos hoy en día casi abandonados y los restos de los palomares típicos de estas comarcas de Zamora construidos con adobe. Si tu visita es a últimos de año serás testigo de la llegada de grandes bandos de gansos y grullas.
Si todavía no tienes mucho ojo para distinguir a las distintas especies, puedes hacer antes una actividad de iniciación a la ornitología en Ledesma, muy cerca de allí.
8) Albufera de Mallorca, el gran humedal de las baleares
Ubicada entre los términos de Muro y La Pobla y con una superficie de 1.700 hectáreas, esta antigua laguna es el espacio protegido más importante de las Islas Baleares. Cada año, más de 270 especies son registradas por el personal del Parque, siendo el paraje con más biodiversidad de flora y fauna insular y albergando más de las dos terceras partes del total de especies de aves de Baleares.
Con el acceso totalmente restringido a vehículos de motor y con un aforo limitado de visitas diarias, deberás dirigirte previamente al centro de recepción de la Roca donde se tramitan los permisos gratuitos para el visitante. La entrada al Parque está situada tras el puente de los Ingleses y desde el centro de interpretación de Can Bateman de Muro podrás realizar un circuito con 4 recorridos diferentes, que deberás hacer a pie o en bicicleta, y que te llevarán por los distintos ambientes del Parque. En estos recorridos están perfectamente identificados los enclaves más singulares y puntos de interés.
Cercetas carretonas, combatientes, moritos y espátulas harán disfrutar a tus prismáticos.
9) Los dominios del flamenco: Laguna Fuente de Piedra
En la provincia de Málaga, cerca de Antequera, encontrarás esta Reserva Natural cuyas aguas están permanentemente teñidas de rosa. Al echar un segundo vistazo, descubrirás que esas manchas que ves en la lejanía son, en realidad, miles de flamencos que han hecho de este paraje su lugar de reproducción. Si quieres empaparte de toda la vida que fluye en el humedal tienes que participar como voluntario en las campañas de anillamiento que se llevan a cabo cada año entre los meses de julio y agosto.
Pero la Laguna de Fuente de Piedra no solo da cobijo a la mayor colonia de flamencos de España. Siendo el humedal más grande de Andalucía, con 1.400 hectáreas, otras 170 especies de aves han encontrado en esta laguna su lugar de cría, paso o invernada. Anátidas como el ánade silbón, el tarro blanco o el pato cuchara son muy abundantes. Pero otras especies menos abundantes como combatientes, zarapitos reales e incluso bandos de grullas se pueden poner a tiro de tus binoculares.
Para que puedas observarlas, existen dos senderos que parten del Centro de Interpretación de la Laguna, llamados del Laguneto y de las Albinas, que te llevan al mirador del Laguneto y de la Vicaría respectivamente. Además, puedes recorrer el contorno de la laguna en bicicleta por las vías que la rodean.
¿Te gustan los flamencos? Podrás observar muchos más si te unes a esta actividad para conocer la Reserva de la Biosfera de La Mancha Húmeda.
10) De Gernika a Mundaka: la Ría de Urdaibai
En Mundaka no encontrarás solamente surf y olas a izquierda. Localizada en la desembocadura del río Oka, y enmarcada entre Gernika, el cabo de Machichaco y el peñón de Ogoño, la Reserva de la Biosfera de Urdaibai es un espacio natural sorprendentemente variado y bello. Su corazón es el río Oka, que se transforma en ría al llegar a Mundaka, creando unas espectaculares marismas repletas de vida. Éstas presentan unas notables diferencias entre la bajamar y la pleamar que no deberías perderte.
Desde los distintos miradores del Bird Center, tus prismáticos se deleitarán con las espátulas provenientes del mar de Wadden, las elegantes garzas, ánsares y limícolas llegados desde norte e incluso podrás avistar al avetoro, el mago del camuflaje.
A partir de la estación de San Cristóbal, un pequeño sendero que rodea a una zona de la marisma te llevará a una de las casetas-observatorio desde donde el disfrute está asegurado. La laguna de Orueta es otro de los puntos de observación que debes conocer.
El ave que no hace parada en España es que aún no ha encontrado su rumbo. Desde Nattule te ayudamos a encontrar el tuyo. Elige tu destino preferido dentro de este paraíso ornitológico y dinos qué especies se han rendido a tus prismáticos.
Si eres amante de los humedales, las Lagunas de Ruidera te cautivarán. Un paraíso natural donde podrás disfrutar de la belleza única de estos paisajes acuáticos y su rica biodiversidad.