Turismo en Ladakh: qué ver y qué hacer en tu viaje (o qué hice yo)

José Miguel Moya
José Miguel Moya

Para los viajeros, el Tibet siempre ha sido un lugar fascinante. Un paraíso de aire puro en las alturas del Himalaya, un lugar auténtico y de difícil acceso. Nos imaginamos riscos escarpados, monasterios budistas dominando inmensos valles, monjes con sus túnicas de color rojizo…

¿Y si te dijera que hay otro lugar, más sencillo de acceder, de muy similares características en India? Pues creetelo, porque ese lugar existe y se llama Ladakh, una región perteneciente al estado de Cachemira en el noroeste de la India. Un desierto en las alturas, en un altiplano dominado por montañas de seis a siete mil metros y aldeas budistas desperdigadas. Aquí la religión mayoritaria también es el budismo y su similitud con la cultura (incluso la comida) tibetana es más que evidente.

Muchos tibetanos, por los conflictos con China, tuvieron que emigrar a esta remota zona de la India. El resultado es un lugar fascinante que no te dejará indiferente en el cual puedes vivir múltiples actividades de aventura. Desde bajar en rafting el río Zanskar y el mítico Indo hasta subir al paso motorizado de montaña más alto del mundo (5.600 msnm) y descenderlo en bicicleta, hacer snowboard en dunas de arena, recorrer en Royal Enfield los vastos desiertos y subir a los grandes lagos en altura, ascender grandes picos de más de 7.000 msnm o contemplar una ceremonia de Mandalas en un monasterio budista.

Suena bien, ¿no? Pues acompáñame.

De turismo en Ladakh: Lo que no te puedes perder

Leh, la capital

La capital de la región de Ladakh se encuentra en un lugar privilegiado. Hay varias maneras de llegar a ella. La más común es mediante un vuelo comercial desde Delhi. Eso sí, dada la gran diferencia de altura entre la capital de India y Leh (situado a casi 3.700 msnm) puede ser que el primer día sufras de mal de altura. Así que hidrátate y tómalo con calma el primer y segundo día, y lleva aspirinas por si acaso.

Si tienes tiempo, es recomendable llegar a esta ciudad por carretera, bien desde Manali o desde Srinagar. Eso sí, no es un camino apto para personas con vértigo a no ser que quieras sufrir un infarto. Aún mejor, puedes alquilar la mítica Royal Enfield y recorrer estos paisajes de órdago por los espectaculares pasos de montaña. El paso a atravesar desde Manali alcanza los 5.300 msnm y la carretera no está asfaltada en muchos tramos. Así que tanto para este paso como para Srinagar (no tan elevado, pero aún más terrorífico) mejor tener algo de pericia al volante. Y paciencia…

Pero te aseguro que merecerá la pena.

Una vez en Leh, puedes dedicarte unos días a hacer algo de turismo visitando las estupas budistas y el palacio principal o acercándote a monasterios budistas cercanos.

Pero yo sé que a tí te gusta la aventura. Y aventura en Ladakh no falta. Hay muchas agencias que ofrecen diferentes paquetes, todas a precios similares. En muchas ocasiones no hay más remedio que hacer las actividades con ellos porque se requiere de un pase especial, pero no en todas.

Ahora te describo algunas de las mejores, que puedes contratar desde Leh:

Rafting en el río Zanskar

El río Zanskar es un afluente del mítico río Indo, que da nombre al país. De aguas frías y color turbio, sus aguas discurren turbulentas entre paredes de roca desnuda. En poco más de una hora se puede acceder al lugar de comienzo del rafting (28 kilómetros aguas arriba).

La actividad dura unas 4 horas, con rápidos de categoría 2 y 3. No hay grandes riesgos en este tramo, por lo que es una buena opción para novatos en este excitante deporte.

Si buscas un lugar más cercano para iniciarte en este deporte, no te pierdas esta actividad de rafting en los Picos de Europa, donde también disfrutarás de paisajes espectaculares.

Descenso en Mountain Bike desde el paso Khardung La

Imagina que vas a hacer un descenso en Mountain Bike desde un paso de montaña en los Himalayas Indios. Ahora imagina que ese paso es el paso motorizado más alto del planeta, a 5.600 msnm. ¿Te animarías a ir por tan solo 10 euros? Creo que está claro que no puedes dejar pasar esta oportunidad única.

El paso se encuentra en la cadena montañosa de Ladakh, al norte de Leh, y es la puerta hacia los valles de Shyok y Nubra. El glaciar Siachen se encuentra a medio camino, en el valle de Nubra. Tras una hora y media de subida en furgoneta, te esperan entre 2 y 4 horas de descenso (depende de lo osado que seas y de tu velocidad al manillar) por una carretera que atraviesa paisajes de escándalo. Una tercera parte del camino está sin asfaltar. El resto de vuelta a Leh se encuentra asfaltado y en general en muy buenas condiciones.

Snowboard sobre dunas en Hunder (Valle del Nubra)

En el espectacular valle del Nubra y a 4.000 metros de altura se encuentra una localidad llamada Hunder. Esta localidad es famosa por sus “dunas de plata” en las que es posible incluso practicar snowboard. Si no tienes ganas de deslizarte por las dunas, solo dar un paseo al atardecer será una experiencia inolvidable.

Para llegar aquí es necesario atravesar el paso de montaña mencionado antes, Khardung La.

Trekking de Markha Valley

Uno de los trekkings más populares de Ladakh es el trekking de Markha Valley. Que sea popular no quiere decir que esté muy concurrido, podrás disfrutar de la tranquilidad de la naturaleza y dormir en pueblos perdidos en las profundidades de mágicos valles.

Este trekking se puede realizar con o sin guía dependiendo de tu experiencia en montaña. No tiene mucha pérdida pero se llega a una altura máxima de más de 5.000 msnm, así que si no tienes experiencia previa puede ser buena idea contratar un guía. Normalmente, se realiza en unas 5 o 6 jornadas para permitir una buena aclimatación. Yo lo hice en tan solo 4; eso sí, hubo momentos complicados por la altura. Así que mi consejo es que, si no estás muy acostumbrado a la altura y quieres ir sobre seguro, contrates un guía.

El camino es claro, ya que discurre siempre por el valle de Markha siguiendo el río, excepto en el tramo final hacia el paso de montaña donde la pendiente aumenta considerablemente. No es necesario que lleves saco de dormir o tienda de campaña si no quieres (ni siquiera comida o agua) ya que hay poblaciones cada varias horas donde puedes quedarte a dormir, y te sirven cena, desayuno y ración para el día siguiente por 1.000 rupias indias. Son las llamadas homestays, muy recomendables para experimentar cómo viven los locales de estos remotos pueblos a los que solo es posible llegar en burro tras varios días de viaje.

El recorrido empieza en la localidad de Chilling (a unos 3.300 msnm) y desde aquí remonta el valle de Markha río arriba. Se puede hacer parada en Skyu o el mismo Markha, ubicado ya a 3.800 msnm. Éste último es un pequeño poblado situado sobre un promontorio junto a la confluencia de dos ríos, con verdes prados y espectaculares vistas de las montañas desnudas. Hay incluso una pequeña escuela, una estupa y un templo budista (verás muchos durante todo el camino, algunos incluso encaramados en la cima de enormes riscos rocosos). Una parada aquí es casi obligatoria.

Desde Markha, puedes llegar en una sola etapa al campamento de Nimaling (4.700 msnm). Pero si no tienes prisa puedes descansar a medio camino en Hankar o en el campamento de Tchachungstse (aunque aquí no alquilaban tiendas cuando pasé por allí), ya que la subida a Nimaling es dura y quizás quieras reposar previamente. La mitad del tramo es plano y ya es posible ver el magnífico K.Y. (6.400 msnm) que te acompañará todo el camino hasta el campamento.

En el campamento de Nimaling puedes alquilar tienda de campaña y sacos de dormir, así que si no quieres no tienes que cargar con ellos. Está en un lugar privilegiado rodeado de Yaks, marmotas y otros animales, a los pies del K.Y. y con vistas increíbles al valle. Eso sí, necesitarás ropa de abrigo porque las noches pueden ser muy frías aquí. Este es un lugar de encuentro para montañeros. Si te ves con fuerzas y eres experimentado (además debes tener equipo: crampones, piolets…) desde aquí puede realizarse la subida al K.Y.

Tu última etapa (si no quieres hacer otra parada más en algún lugar intermedio antes de volver a Leh) es la subida al paso de montaña Gongmaru La, a 5.130 msnm. No tiene dificultad; eso sí, respira profundamente y sube sin prisa para evitar el mal de altura. Desde Gongmaru La comienza el descenso hasta Shan (3.670 msnm) a través de unas gargantas rocosas espectaculares.

El recorrido puede hacerse en sentido inverso, aunque es más duro porque no hay tiempo a aclimatarse: en la primera etapa el desnivel es pronunciado.

Ascenso a los picos Stok Kangri, Kun o Nun

Si no tuviste suficiente con el trekking a Markha, o si lo tuyo es ascender grandes cimas, hay 3 montañas que saciarán tu sed de escalada. En nivel progresivo de dificultad son Stok Kangri (6.153 msnm), Kun (7.077 msnm) y Nun (7.135 msnm).

Para la primera no se requiere gran experiencia ni técnica, pero si aclimatación previa. Se puede subir en un par de días. Las otras dos ya requieren mayor experiencia y físico y las expediciones duran más de una semana. Elijas la que elijas, seguro será inolvidable.

Antes de viajar a Ladakh, puedes entrenarte con esta actividad en la que ascenderás las tres grandes cumbres de Sierra Nevada.

Tours en Jeep o Royal Enfield

Desde Leh hay numerosos tours que cubren las diversas zonas de Ladahk. Para ciertos lugares (como el valle del Nubra o Pangong Tso) se requieren permisos. Los tours se realizan en jeep todoterreno y pueden durar varios días. Si te gusta conducir en moto, puedes hacerlo por tu cuenta alquilando una mítica Royal Enfield. Eso sí, tendrás que obtener los permisos necesarios previamente donde aplique.

Conducir en estas carreteras en la inmensidad de Ladahk, admirando los enormes valles, visitando estupas y monasterios budistas, es algo difícil de explicar con palabras. Más bien lánzate a ello y juzga por tí mismo.

Aunque hay muchos más lugares, voy a recomendarte estos dos:

Lago Pangong Tso

El lago Pangong Tso se ubica a 4.200 msnm, a unas 6 horas en jeep desde Leh. Famoso por sus aguas cristalinas de color esmeralda, es digno de visitar. El camino por alta montaña para llegar al lago te quitará la respiración. Puedes hacer una parada en el Monasterio Chemrey, un monasterio en una cima rocosa dominando un valle de verdes cultivos.

El lago Pangong Tso tiene 135 kilómetros de largo y 5 de anchura, y se extiende desde India hasta el Tibet. Se puede visitar entre mayo y septiembre pero se necesita permiso previo. Recomendamos pasar una noche en uno de los poblados a orillas del lago. Mientras más te alejes del comienzo (Leh) más podrás disfrutar de la naturaleza y la tranquilidad de este paraje sin igual.

Puedes quedarte en un homestay o en cabañas de distintos precios. Eso sí para ésto último se debe reservar, sobre todo en temporada alta (de final de junio hasta final de agosto). Un último consejo: no te olvides de salir en la noche y observar el espectáculo de la vía láctea…

Lamayuru

Lamayuru es el monasterio budista más antiguo de Ladahk, con una población permanente de 150 monjes tibetanos. Situado 100 kilómetros antes de Leh, en la carretera Srinagar-Leh, está ubicado junto al Valle de la Luna, unas formaciones rocosas surrealistas y caprichosas que merece la pena visitar. El recorrido para llegar aquí desde Leh remonta el río Indo y, en su mayoría, se encuentra en buenas condiciones. En el tramo final el río se encajona en sinuosas e inmensas gargantas rocosas de gran belleza.

En este poblado hay varios guesthouses, así que podrás pasar aquí alguna noche y disfrutar del paisaje, subir a la colina de la Meditación o simplemente contemplar a los monjes budistas tibetanos en sus quehaceres diarios.

Además de lo mencionado, hay mucho más por descubrir en esta increíble región; pero queremos dejar algo para la sorpresa. Ladahk es un paraíso que debes explorar por ti mismo (entre mayo y septiembre es la mejor época). Date tiempo y sumérgete en la ancestral cultura y en los ritos budistas. Piérdete en los inmensos parajes desnudos; aventúrate en un mundo amable y, al mismo tiempo, salvaje…

3 comentarios

  1. Tener una furgoneta para viajar es ideal para aventuras sin límites. Ofrece comodidad, flexibilidad y espacio para todas tus necesidades, permitiendo explorar nuevos destinos con libertad y disfrutar de cada viaje al máximo. ¡La carretera te espera!

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