Caminar por la sombra: 9 rutas de senderismo para hacer en verano y otoño
El verano llega a su fin, el otoño comienza, las vacaciones se acaban y, sin embargo, nos cuesta encontrar las ganas de quedarnos en casa.
Después de estos meses de viajes y aventuras en la naturaleza (para los afortunados que así hayan podido), volver a la rutina es duro. Por eso, lo mejor es hacerlo poco a poco. Aunque te toque volver al trabajo, puedes aprovechar los fines de semana para seguir disfrutando del senderismo.
Y es que, aunque ya estamos en septiembre, el calor no ha hecho ademán de marcharse. Es más, está tan presente como hace un mes. Eso nos obliga a prescribir un consejo básico: ¿Andar? Sí, pero sabiendo cómo y por dónde.
No podemos olvidar que en las rutas de verano, la sombra es fundamental. Si hay sombra en el camino, podremos terminar una ruta con comodidad; sin cansarnos antes de tiempo y, sobre todo, sin volver convertidos en auténticos cangrejos o, peor aún, dando pie al temido golpe de calor.
Por eso, te propongo a continuación 9 rutas de senderismo perfectamente detalladas para que puedas elegir tu favorita en estos días todavía soleados.
1) De Huelga Utrera a la Cueva del Agua (Jaén)
Siendo el espacio protegido más grande de la península ibérica, el Parque Natural de Cazorla, Segura y las Villas hace gala de un gran número de senderos y caminos que recorrer. Alejándonos un poco de las zonas más concurridas encontramos la ruta de la Cueva del agua, en la Sierra de Segura.
La ruta se inicia en la pequeña aldea de Huelga Utrera, accesible desde la carretera JF-7038. Desde la misma aldea, parte el camino en dirección oeste que sube remontando el río Segura por su margen izquierda. El sendero está bien acondicionado y señalizado con las balizas de PR. Tras esa primera subida, se empieza a llanear, atravesando huertas de frutales y nogales.
Un poco más adelante, el camino se convierte en sendero. Unos 45 minutos después del inicio, la ruta gira hacia el sur y empieza a ascender moderadamente por medio de un bosque de pinos. La sombra te acompañará en la subida y, al llegar al repecho, disfrutarás de increíbles vistas sobre el valle del Segura.
Más tarde, estrechándose el valle, caminarás junto a los paredones que se descuelgan sobre el río. Si la suerte acompaña, quizá puedas ver al quebrantahuesos sobrevolando la zona. Tras pasar las cuevas, aproximadamente en el kilómetro 4 de la ruta, encontrarás un desvío a la derecha que se dirige hacia el Charco del Humo.
A la izquierda, la ruta continúa hacia la Cueva del Agua, fin de trayecto, que se alcanza en apenas 15 minutos más. Esta cueva, atravesada por un manantial cristalino, es un claro exponente del paisaje kárstico que predomina en todo el Parque Natural. Las vistas sobre el río Segura serán una buena recompensa al esfuerzo empeñado en la subida.
Si aún te quedan ganas, puedes continuar el camino ascendente hasta la aldea de Poyotello, superando los 6 kilómetros de recorrido en total. Desde allí, a más de 1.400 metros de altitud, las vistas sobre toda la zona son impresionantes.
2) Ruta a las Cascadas del Purgatorio (Madrid)
Partiendo de Rascafría, a 97 kilómetros de la capital del país, la ruta de las Cascadas del Purgatorio es sencilla pero igual de espectacular que otras rutas más conocidas de senderismo en la Sierra de Guadarrama.
El camino parte de las inmediaciones del monasterio del Paular, 2 kilómetros pasado el pueblo. Si eres amante de la historia, te interesará saber que esta joya arquitectónica data del siglo XIV, siendo la primera cartuja de Castilla, y que en su interior se guardan auténticos tesoros, como su retablo de alabastro.
Se empieza cruzando el puente del Perdón, obra barroca que debe su nombre a los juicios express que se celebraban allí para los presos que conducían a la horca. Junto al puente hay un centro en el puedes pedir información, aunque las señales que se encuentran durante el camino hacen imposible perderse.
A 1 kilómetro aproximadamente, a la altura del área recreativa de Las Presillas, el río Lozoya forma unas piscinas naturales que invitan al baño. Un plus para hacer esta ruta en verano. Continuarás caminando entre robledales, garantía de sombra en esta época del año, y empezarás a ascender para remontar el río Aguilón, uno de los afluentes del Lozoya.
Más tarde, los robles dan paso al pinar, y el camino se interna entre grandes macizos rocosos donde, con algo de suerte, se puede ver sobrevolando al buitre negro. El último tramo transcurre entre los cortados de Majada Grande.
A los 6 kilómetros desde el inicio se llega a la Cascada del Purgatorio, que puede observarse desde una plataforma de madera frente a la misma. Para regresar, puedes volver por el mismo camino o bajar por la margen contraria del río Aguilón; aunque, en este caso, la sombra es menor.
3) Vía Verde de la Senda del oso (Asturias)
La Senda del Oso es uno de los lugares más conocidos para hacer senderismo en Asturias. Se trata de una vía verde con más de 40 kilómetros de recorrido que discurre por antiguas vías de ferrocarril entre los concejos de Teverga y Quirós, atravesando puentes, túneles y alguna que otra sorpresa.
Pese a su longitud, el buen estado de la vía y la posibilidad de dividirla en tramos más pequeños hacen que sea una gran opción para recorrerla con niños y para personas con movilidad reducida. Además, en ambos extremos del camino es posible alquilar una bicicleta para realizar la Senda a pedales.
Si la recorres de norte a sur, el inicio está en la aldea de Tuñón, donde una escultura de un oso os da la bienvenida. La senda sigue el cauce del río Trubia hacia el sur y, a lo largo del camino, cambiarás varias veces de margen, salvando el río a través de pequeños puentes de piedra.
Poco antes de llegar a Proaza, en el kilómetro 6 de recorrido, se pasa por el área recreativa de Buyera. Allí se encuentra el cercado donde viven las osas Paca y Tola desde que fueron rescatadas de la caza furtiva siendo crías. En Proaza puedes instruirte un poco más sobre el oso pardo en la Casa del Oso, sede de la fundación Oso Pardo de Asturias.
Unos 5 kilómetros pasado Proaza llegarás a una bifurcación. Aquí debes decidir si quieres continuar el camino hasta Entrago o hasta Santa Marina, pasando por el embalse de Valdemurrio, donde pueden alquilarse canoas. Esto supone sumar 14 kilómetros a la ruta que ya llevas.
Si sigues hacia Entrago, te irás internado en un paisaje cada vez más agreste. Tendrás que atravesar el desfiladero de Penas Xuntas y, más adelante, el de Valdecerezales, ambos de gran belleza. En este tramo, deberás pasar por una gran cantidad de túneles cavados en la roca que, además de guarecerte del sol, le darán un toque de misterio a la aventura. Al llegar a Entrago, habrás recorrido 22 kilómetros.
En Entrago se encuentra otra área recreativa y una línea de autobús que puedes utilizar para volver al inicio de la ruta. Si aún no te has cansado de andar, hay un último tramo de 9 kilómetros de Entrago a Cueva-Huerta que se adentra en el Parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa.
4) Gradas de Soaso, de camino a la Cola de Caballo (Huesca)
La cascada de la Cola de Caballo, en el Parque Natural de Ordesa y Monte Perdido, es uno de los lugares más populares que ver en los Pirineos aragoneses. Aunque en el último tramo la ruta discurre por prados abiertos, durante dos terceras partes de su recorrido atraviesa frondosos bosques con sombra constante. Eso nos da para hacer una buena ruta de unas 2 horas, con final en las Gradas de Soaso.
El recorrido se inicia en el aparcamiento de la Pradera de Ordesa, siguiendo las indicaciones hacia la Cola de Caballo. La pista está bien señalizada. Empezarás remontando el río Arazas entre bosques y claros, y, poco a poco, irás ganando altura hasta alcanzar el mirador de la cascada de Arripas.
En este punto surge un desvío que te permite volver a la Pradera de Ordesa por la otra margen del río. Sigue adelante por el camino de la izquierda. Te irás adentrando en un bosque cada vez más frondoso y pasando por otras espectaculares cascadas, como la del Estrecho.
Serás consciente de cómo el camino va ganando altura poco a poco mientras te sumerges en un bonito hayedo. Si bien las hojas aún no han empezado a obtener ese color ocre característico del otoño, la sensación de magia y misterio que te embarga en estos bosques es igualmente única en esta época.
Antes de salir del hayedo, dejarás atrás, a mano izquierda, un desvío que sube al circo de Cotatuero. Al abandonar el bosque la pista se estrecha y discurre a la sombra de la montaña. Al poco, llegarás a la cueva del Frachinal y, finalmente, a las Gradas de Soaso. Encontrarás varios miradores para admirar desde diversas perspectivas la sucesión de cascadas escalonadas que reproducen una estampa única.
Si quieres seguir hasta la Cola de Caballo, solo tienes que continuar por el valle, cada vez más abierto. Será otra hora aproximada de camino que, aunque igualmente bonito, puede verse acusado por la falta de sombra durante el verano.
5) Ruta de los Tres Ríos (Galicia)
Si algo caracteriza a esta ruta es el agua. La senda, bien acondicionada y señalizada, discurre todo el rato sin separarse de las orillas de los tres ríos que le dan nombre: el Ulla, el Beseño y el Lañas. Esto, unido a la cantidad de sombra de la que disfrutarás durante el recorrido, la convierten en una ruta ideal para estos últimos días de calor.
El camino se inicia justo enfrente del área recreativa de Santaya, en el municipio de Touro. Al poco de comenzar, caminando a la ribera del río Lañas, pasarás junto a un antiguo molino, uno de los varios que verás durante la ruta. Hace años, estos molinos, ya en desuso, gozaban de una intensa actividad entre los vecinos de la zona.
A los 2 kilómetros aproximadamente, llegarás a los molinos de Carballa (estos han sido reconstruidos) y, 1 kilómetro después, a la cascada del Salto das Pombas, de unos 10 metros de altura. En esta zona, el camino ha sido habilitado con escaleras y pasarelas de madera para salvar el desnivel y hacerlo más accesible. Obtendrás primero una imagen de la cascada desde arriba, para después bajar hasta el río y verla de frente.
Tras pasar la cascada, el sendero inicia una pequeña subida hasta cruzar el río Beseño. Después, volverás a caminar junto a la ribera del río Lañas, atravesando frondosos bosques de castaños, pinos y carballos. Más tarde, el camino descenderá hasta alcanzar el tercer río, el Ulla, que es bien conocido para practicar rafting familiar en Galicia.
En esta zona, podrás observar los restos de antiguas “pesqueiras”, unas construcciones de piedra utilizadas para pescar en el río desde tiempo de los romanos. Seguirás caminando por la margen derecha del río Ulla hasta llegar a ponte Basebe, finalizando así esta hermosa ruta.
6) Sendero La Sauceda – Pico del aljibe (Málaga)
El paraje de La Sauceda es uno de esos lugares en los que la historia ha hecho mella de tal forma que el tiempo parece haberse detenido, y una sensación de sobrecogimiento invade a quién lo visita. En un entorno natural verdaderamente espectacular, no es de extrañar que este sendero sea uno de los favoritos de los visitantes del Parque Natural de los Alcornocales.
La ruta comienza en el área recreativa de La Sauceda, a la que se llega por la carretera CA-8201 desde Jimena de la Frontera. El sendero se interna en un bosque de alcornoques y quejigos para remontar el valle del arroyo Pasadallana.
Tras pasar el Molino del Medio, el camino se acerca al poblado de La Sauceda, cuya ermita apenas mantiene en pie las paredes. Este lugar de difícil acceso fue escondite de muchos partidarios de la república durante la Guerra Civil y sufrió duros ataques por parte de las tropas franquistas. Es por ello un lugar que se admira con pesar, pese al bello entorno que lo rodea.
El camino gira ahora a la izquierda, siguiendo un letrero que reza “Sendero del Pico del Aljibe” para internarse de nuevo en el bosque. La niebla y la sombra provocan ese efecto de bosque subtropical donde se suman nuevas especies como acebos y robles. Más tarde, el sendero empieza a ascender entre matorrales por una fuerte pendiente que, si ha llovido, puede encontrarse embarrada.
Conforme asciendes, las vistas se vuelven impresionantes. Al llegar a un pequeño claro, la pendiente disminuye y el sendero se interna en un bosque menos denso. A la derecha, puedes ver el macizo rocoso que separa las provincias de Cádiz y Málaga. Aquí habrás de cruzar una alambrada que da acceso a las cumbres más altas de la sierra. Pasarás entonces por la Pileta de la Reina, donde cuentan que una vez se bañó Isabel La Catolica.
Ya solo te queda alcanzar el pico del Aljibe, a 1092 metros de altitud, y disfrutar de las vistas del Parque Natural y de las rapaces que lo sobrevuelan, antes de emprender el camino de vuelta.
7) Ruta de Zabaleta, en la Selva de Irati (Navarra)
La Selva de Irati es uno de los hayedos mejor conservados de España, junto, por ejemplo, el hayedo de la Tejera Negra. En otoño, el colorido que presentan las hojas de las hayas es espectacular. Pero incluso antes de que este llegue, es posible disfrutar de sus senderos, bien señalizados y cuidados, bajo la agradable sombra que proyectan los árboles.
Una de estas rutas es la de Zabaleta, que tiene su inicio en el centro de recepción Casas de Irati, al que se accede por la carretera NA-2012 desde la población de Ochagavía. El sendero, marcado como SL NA-63A, surge justo al lado de la caseta de información y está muy bien marcado durante todo el recorrido.
Debes caminar unos 300 metros por pista forestal antes de desviarte a la derecha por una senda que asciende poco a poco, adentrándose en un magnífico bosque. Allí, la sensación de calma y sosiego te embargará al instante, haciéndote conectar con la naturaleza de un modo que no creías posible.
El camino rodea la loma de la Vieja y nos ofrece unas bonitas vistas del valle del río Irati antes de empezar a descender de nuevo hasta alcanzar una nueva pista, que coincide con el sendero de gran recorrido GR-11. Un kilómetro y medio después, tomarás el desvío a la izquierda que conduce hasta la casa forestal, hoy en desuso.
La casa, situada en la cola del embalse de Irabia, marca el punto medio del recorrido, 4 kilómetros desde el inicio. Encontrarás una bifurcación que te dará a elegir entre bordear el embalse (sendero SL NA-53C) o regresar al punto de partida; eso sí, por un camino diferente.
La vuelta combina tramos de sendero entre hayas con tramos junto a la orilla del río Irati. El murmullo del agua junto a los cantos de los pájaros ayudan a recrear esa atmósfera mística que te acompaña desde el inicio. Finalmente, vuelve a unirse a la pista del GR-11, para regresar sin más complicaciones, hasta las Casas de Irati.
8) Sendero del río Majaceite (Cádiz)
En la provincia de Cádiz se encuentra uno de los lugares de España con mayor índice de pluviosidad. Eso da lugar a una abundante y densa vegetación que incluso en los días de calor permite realizar una visita a la Sierra de Grazalema.
La ruta del río Majaceite une las poblaciones de El Bosque y Benamahoma, y es una de las más bonitas y sencillas que pueden realizarse en este destino. Para llegar al inicio, hay que seguir un camino que surge frente a la plaza de toros de El Bosque, junto al hotel Las Truchas. A los 600 metros encontraremos el letrero que simboliza el principio de la ruta, en las inmediaciones del albergue juvenil.
El sendero, prácticamente llano, discurre paralelo al río bajo la agradable sombra de la vegetación de ribera. Entre otros árboles, podrás observar olmos, sauces y fresnos. El agua del río que te acompaña es cristalina e invita a aprovechar estos últimos días de calor para darse un chapuzón.
Tras pasar una pequeña presa, se llega a unas pasarelas de madera que permiten salvar la zona sin mojarse en las épocas en las que la lluvia suele inundar el terreno. Siempre siguiendo el río, se llega hasta el Molino de Arriba, donde la vegetación empieza a abrirse dando lugar a huertas y dehesas.
El claro dura poco, pues de nuevo te verás rodeado de un bosque de galería que proporciona sombra constante. Encontrarás varios carteles que informan sobre la fauna que se encuentra por el entorno, entre la que destaca la nutria. El terreno se vuelve más irregular, aunque para nada difícil, y tendrás que subir tramos de escalones de piedra o madera.
El río baja con fuerza por esta parte, dando lugar a pequeños saltos y cascadas que añaden atractivo al recorrido. Pasarás por varios puentes, cambiando una y otra vez de orilla, y no podrás resistirte a sacar la cámara de fotos para inmortalizar algunos de estos bellos rincones de la sierra.
De nuevo, se llega a una explanada junto al río y a los restos de otro antiguo molino que apenas se conserva en pie. En el último tramo, vuelven a verse los frutales y las huertas. El trayecto finaliza con una plataforma de madera que conduce al aparcamiento de la entrada al pueblo de Benamahoma.
9) Ruta de las cavas de Sierra Mariola (Alicante)
El Parque Natural de la Sierra Mariola ocupa una de las cadenas montañosas más carismáticas de la Comunidad Valenciana. Además de una gran riqueza en flora y fauna, en él se encuentran vestigios de asentamientos humanos desde tiempos inmemoriales. Una de las construcciones representativas de esta historia son los neveros o cavas, en las que se almacenaba la nieve para luego sacarla en forma de bloques de hielo.
Esta ruta discurre entre árboles para buscar las diferentes cavas que se conservan en la sierra. Un recorrido que mezcla historia y naturaleza ideal para disfrutar de una última aventura antes de volver a la rutina.
El sendero se inicia en el área recreativa de Agres, donde puedes dejar el coche. El área cuenta con mesas, fuente e, incluso, un restaurante; lo que puede ser de agradecer al terminar la ruta. Durante unos minutos, deberás subir alejándote del pueblo hasta alcanzar la parte baja del santuario de Agres, que bordearás para girar a la derecha.
Sigue el sendero señalizado como PR-CV 27 y continúa subiendo para adentrarte en el Barranc de l’Assut. Andarás en zigzag por la ladera de la montaña, atravesando constantes formaciones de pino carrasco que proporcionan una agradable sombra. Justo antes de alcanzar el refugio del Montcabrer se encuentra la primera cava, la Cava del Teix, que se localiza a la izquierda del camino, aunque un poco escondida por la hiedra y la maleza.
Pasado el refugio se encuentra también la Cava de l’Habitació, más visible y en mejor estado de conservación. Después debes girar a la derecha para coger una pista forestal que desciende hacia la Gran Cava, la más famosa de la sierra. Se diferencia de las otras por su forma hexagonal y por los 6 arcos de piedra que antaño sujetaban una cúpula sobre ella.
Continúa por la pista forestal en dirección oeste para llegar a la Cava del Buitre, que se encuentra escondida entre pinares. Es la más pequeña del camino pero, a cambio, mantiene muy buen estado de conservación. En la siguiente curva, deberás desviarte a la izquierda para continuar por una senda que lleva hasta la Cava de Don Miguel la última del recorrido.
Por último, solo queda volver al punto de inicio, esta vez cogiendo el sendero PR-CV 104, que conduce hasta el refugio Zamorano. La bajada se produce de nuevo, en su mayor parte, entre pinares. Una vez en el refugio, la senda gira a la derecha y concluye en el área recreativa del inicio.
Senderos, vías verdes, tranquilos paseos para hacer en familia o auténticas rutas de trekking… Independientemente de su longitud y su dificultad, todos tienen algo en común: están pensados para caminar por la sombra.
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