6 trenes de montaña para coronar la Suiza más espectacular

Ignacio Luque
Ignacio Luque
trenes de montaña en Suiza

Una cosa une a quien camina y a quien utiliza el ferrocarril: la naturaleza. Uno la vive, otro la contempla. Los dos la aman. Por eso es la protagonista de la media docena de viajes que te proponemos.

En Suiza la prisa no está prohibida, pero casi nadie recurre a ella. Lo que resulta una paradoja: en la nación de los relojes parece que no pasa el tiempo. Aquí, hasta los trenes se lo toman con calma. Eso te viene bien a ti, que eres una persona tranquila, para disfrutar de un viaje diferente. Sin mochila, con revisor.

El emblemático tren Bernina Express (trenes de montaña en Suiza)

Para conocer el paisaje no hacen falta grandes jornadas de senderismo. Y tampoco hacer la ruta Goûter a Mont Blanc para divisar la cordillera alpina. No hay problema. Los pintorescos trenes de montaña de Suiza te permiten recorrer, casi sin moverte del vagón, uno de los escenarios naturales más espectaculares de Europa.

Toma asiento en este viaje alternativo entre Milán y Zúrich, y disfruta de seis recorridos sobre raíles para amantes de la naturaleza:

1. Milán-Tirano (Italia): el tren que persigue al agua

La ciudad de Milán, situada al sur de los Alpes, será el punto de partida. Desde la estación central podrás coger un tren que te llevará a Tirano, en pleno corazón de los Alpes italianos, a 2 horas y poco de Milán.

Casi sin haber tenido tiempo de ocupar tu plaza pasarás por el autódromo de Monza, que desde 1922 es lugar de peregrinación para los amantes del motor. Desde aquí se pone rumbo a Lecco. Esta ciudad, rodeada de un paisaje de fábula, está enclavada en uno de los brazos del lago Como, el más célebre del norte de Italia.

Una bella ciudad a orillas del lago Como

El tren recorre toda la orilla del lago pasando por Varenna y, más al norte, Colico Piano. Desde aquí, deja atrás el lago para adentrarse de lleno en el valle del río Adda, que linda con el Parque Regional de Orobie Bergamasche, hasta llegar a Tirano.

Este Parque destaca por su abundancia de agua, presente en numerosos lagos y cascadas. La cascada del Serio, con su triple salto de 315 metros, es la más alta de Italia y una de las más altas de Europa.

En España, el Valle de Carranza es otro paraje en el que abunda el agua. Por ejemplo, en esta actividad para hacer la ruta al Chorretón pasarás por 13 increíbles cascadas.

2. Tirano-Chur (Suiza): al filo del desfiladero

Desde Tirano, situada justo en la frontera con Suiza, continuarás tu viaje a través de los Alpes hasta Chur.

Tienes dos opciones para realizar el trayecto. Coger el Bernina Express, uno de los trenes panorámicos más conocidos de Suiza; o tomar el tren normal que usan los lugareños, más antiguo pero también más barato. En cualquier caso, vivirás una agradable experiencia durante las 4 horas que dura esta ruta, cuyas tres cuartas partes han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad.

A poco más de 50 kilómetros de Tirano, el Bernina Express recorre el viaducto de Brusio, una maravilla arquitectónica galardonada por la UNESCO. Es entonces cuando el trayecto comienza un ascenso de más de 1.500 metros hasta el lago Poschiavo, durante el que podrás sorprenderte con alguna pequeña cascada.

Viaducto de Brusio: un prodigio arquitectónico en Suiza (trenes de montaña en Suiza)

Más tarde, alcanzarás el lago Bianco y el pueblo de St. Moritz. Si no tienes prisa (en este viaje es mejor no tenerla) y puedes esperar al próximo tren, te recomiendo hacer una parada en este pequeño pueblo junto al lago para admirar las vistas que te rodean.

Pasado St. Moritz, el tren comienza a adentrarse en el Parque Natural de Ela, el más grande de Suiza. Allí conocerás uno de los puntos clave de este trayecto, el viaducto de Landwasser, que se alza entre dos túneles sobre un desfiladero a más de 230 metros de altura. Con un poco de suerte, siempre que tengas buena vista, quizá distingas algún águila real o quebrantahuesos mientras sobrevuelan las cimas.

Bernina Express atravesando el viaducto de Landwasser (trenes de montaña en Suiza)

En total, al llegar a Chur, habrás atravesado 55 túneles y unos 190 puentes. Habrás pasado paisajes tan variados como verdes pastos y montañas alpinas. En Chur, la ciudad más antigua de los Alpes, merece la pena recorrer sus estrechas calles y rincones, y visitar las tiendas que, aún hoy, atestiguan su pasado comercial.

3. Chur-Visp: el panorámico de categoría especial

Si tu ruta la hiciera un ciclista, en esta etapa de alta montaña tendría que coronar un puerto de categoría especial. El tren es menos cansado. Desde la salida, a poco menos de 600 metros sobre el nivel del mar, el Glacier Express te llevará por el curso alto del río Rin, donde atravesarás el cañón de Ruinaulta. Cercano al pueblo de Disentis, este cañón es bien conocido por los amantes del rafting.

Seguro que te suena esta apasionante deporte porque también es muy practicado en España. Si aún no lo has probado, atrévete con esta actividad de rafting en el Noguera Pallaresa, uno de los mejores ríos donde llevarla a cabo.

Panorámica del cañón de Ruinaulta

Después el tren asciende al paso de Oberalp, a más de 2.044 metros. Subido a este tren entenderás la causa de que se aluda a él como el expreso más lento del mundo.

Hasta los años ochenta el trayecto rodeaba el pie del glaciar del Ródano y atravesaba el túnel de la cima del Furka: por lo que fue bautizado con el nombre de Glacier. Ese trayecto solo podía ser recorrido durante los meses de verano debido a las fuertes nevadas y al riesgo de avalanchas.

Actualmente, ese tramo original de la cima del Furka que une Realp y Oberwald es recorrido por un vapor de época conocido como Dampfbahn Furka-Bergstrecke, la segunda línea de tren más alta de Europa, que ofrece al turista sensaciones y unas vistas únicas en medio de un marco incomparable.  

La línea moderna Chur-Visp se desvía de esa parte del trayecto original y, a través de un túnel de más de 15 kilómetros excavado en la base del Furka, el viajero abandona el cantón de Uri para resurgir de entre las rocas en el cantón de Valais. El viaje continúa por el espectacular valle de Goms enmarcado en el Parque Natural de Binntal, un exuberante paraje rebosante de naturaleza virgen, para finalizar en la histórica ciudad de Visp, erigida a orillas del Ródano.

El Matterhorn (4.478 msnm) es la quinta cima más alta de los Alpes (trenes de montaña en Suiza)

4. Visp-Montreux: entre bosques de coníferas y viñedos

Desde Visp puedes coger un tren que te dejará en poco más de una hora en Montreux. El trayecto discurre casi por completo junto al cauce del río Ródano, enclavado en un valle creado por antiguos glaciares. Pasarás junto a la capital de Valais, la bella ciudad de Sion.

Poco después de salir, el tren atraviesa el Parque Natural de Pfyn-Finges, un lugar muy conocido por los ornitólogos de la región. Este Parque cobija en su interior uno de los mayores bosques de coníferas de Europa, la Reserva de Pfynwald. El paraje lo enmarcan cordilleras con picos de más de 3.000 metros de altitud.

Sion, la capital del cantón de Valais

Después del lento discurrir de los trenes panorámicos puede que te resulte más dificil tomar fotos desde este convoy, pero no por ello debes dejar de disfrutar de las vistas. En Suiza, hasta subir a un tren corriente es una buena opción gracias al paisaje.

A mitad de camino el tren atraviesa Martigny, ciudad de origen celta que cuenta con numerosas ruinas romanas. En sus alrededores, si decides bajar, pueden visitarse además monumentos naturales como la garganta de Trient.

Montreux, final de trayecto, es una ciudad situada en la bahía del mismo nombre junto al lago Lemán. Está rodeada de viñedos y del espectáculo visual de los Alpes cubiertos de nieve. Puedes dedicar parte del día a recorrer los senderos que bordean la ribera del lago a lo largo de 7 kilómetros y conseguir unas buenas fotografías de las montañas.

Lago Lemán, en Montreux

5. Montreux-Lucerna: el camino de los 6 lagos

En este tramo cogerás el tercer tren panorámico. El Golden Pass es un trayecto especial, pues en sus 5 horas de recorrido tendrás que hacer dos veces trasbordo.

Para los seguidores de Agatha Christie, además, ofrece la posibilidad de realizar el viaje en un tren propio de la Belle Epoque, el Golden Pass Classic. Tiene el lujo del Orient Express, pero no su mala fama. En otras palabras, no tendrás que dormir con un ojo abierto. Al contrario, relájate y céntrate en disfrutar de las vistas, pues lo mejor no está dentro del vagón, sino fuera.

Desde el mismo lago Lemán, los viñedos de Lavaux ascienden por las laderas en una zona que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad. Después te aguarda otra etapa de montaña. En concreto, el tren realizará un vertiginoso ascenso repleto de curvas hasta alcanzar el paso de Sonloup, que atravesará por un largo túnel.

Viñedos de Lavaux junto al lago Lemán

Bosques de abetos, torrentes salvajes y la lujosa estación de esquí de Gstaad enmarcan este tramo del viaje que desemboca en Zweisimmen, primera parada del recorrido, donde deberás cambiar de tren.

Desde Zweisimmen el tren continúa por el valle del río Simme. Pasarás por el norte del Parque Natural de Diemtigtal, una zona de preciosos caseríos alpinos, y finalmente, seguirás por la ribera del lago Thun hasta llegar a Interlaken. Allí realizarás un nuevo trasbordo.

Spiez, a orillas del lago Thun

El nombre de la ciudad se debe a su situación justo entre los lagos Thun y Brienz. Estos son solo los primeros de los 6 lagos que verás hasta llegar a tu destino en Lucerna. Las cataratas Giessbachfälle y el paso de Brünig son otros de los enclaves que encontrarás en el camino. Busca en el horizonte a un trío famoso, los picos Eiger, Mönch y Jungfrau, conocidos como los Cuatromil.

6. Lucerna-Zúrich: un tren para subir una montaña

Para acabar tu viaje te recomiendo que conozcas Lucerna, una ciudad llena de grandes atractivos y ubicada en un entorno natural privilegiado. Bien merece la pena una pequeña estancia de un par de días antes de viajar a Zúrich y plantear la vuelta a casa. La primera sugerencia es que hayas adquirido la tarjeta Swiss Card, ya que abaratará bastante tus gastos.

No te puedes ir de Lucerna sin visitar el símbolo de la región: el monte Pilatus, un coloso de 2.132 metros situado en la cordillera adyacente a los Alpes helvéticos. La oferta de transporte para realizar esta excursión de un día es bastante amplia. Si quieres economizar coge un autobús hasta la estación del teleférico en Kriens, cerca de Lucerna, que te llevará a la cima.

También puedes realizar un viaje en barco de una hora y media por el lago para, a continuación, dirigirte a la estación del tren cremallera de Alpnachstad, cuya línea es la de mayor pendiente del mundo y que te llevará a coronar el Pilatus. Después la única opción es descender en teleférico hasta la base y regresar a Lucerna.

Subida del tren cremallera de Alpnachstad al monte Pilatus (trenes de montaña en Suiza)

Si bien los precios son algo elevados, desde la cima las vistas en un día despejado merecen cotizar en el Nasdaq. Divisarás de un lado la gran cordillera de los Alpes y sus grandes cumbres nevadas; y del otro el lago de los Cuatro Cantones y un mosaico de pueblecitos, bosques y ríos que se extienden en todas direcciones. Así que paga lo que te pidan.

Lago de los Cuatro Cantones, junto a Lucerna

Lo de pasear en barco por un mar interior apetece, ¿verdad? En el Parque Natural de Cazorla, Segura y las Villas podrás dar un un paseo en barco solar por el embalse del Tranco.

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No siempre el programa del viajero se sustenta en la anarquía. Hay quien prefiere la seguridad que aporta estirar las piernas en los apeaderos en vez de en los barrancos. A quien crea que transitar Suiza en tren no es una aventura habría que recordarle que la misma pasión hay en un beso tranquilo que en una noche loca.

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