3 volcanes y «algo más» en el desierto de Atacama chileno

José Miguel Moya
José Miguel Moya

El oasis sin desierto, no es más que un residencial con piscina. El oasis debe su importancia al desierto como el agua debe su importancia a la sed. Atacama, la zona más árida del mundo, debe su importancia a volcanes y géiseres.

Puede que no tenga la elegancia de Versalles, pero pasear por el jardín francés no es comparable a recorrer las dunas chilenas.

Si vienes, ten en cuenta que Atacama es la prolongación del sol en la tierra. En esta parte de Chile llueve cada 15 años, así que es posible que no necesites chubasquero. Ropa de abrigo, sí, porque por las noches refresca algo: hasta 25 grados bajo cero se registran en algunos puntos.

En cuanto al calor, no tienes por qué preocuparte. El termómetro no supera en verano los 50 grados. Poca cosa para ti.

La temperatura, además, es un aliciente. Por eso eliges Atacama en lugar de Siberia.

Si optas por el desierto de Atacama no es para disfrutar de las borrascas, sino de sus 12 volcanes y sus 80 géiseres que impulsan el agua por encima de los 10 metros de altura. Y, por supuesto, de San Pedro de Atacama, el campamento base, cuya vegetación endémica, consecuencia de la simbiosis entre el río y el desierto, es el primer regalo que te ofrece esta ruta.

San Pedro de Atacama

La oferta de excursiones y deportes de aventura que puedes contratar en esta población es enorme. Te sugiero seis:

Qué ver en el desierto de Atacama en Chile

1. Géiseres del Tatio 

Es el mayor grupo de géiseres del hemisferio sur y se encuentra entre los más grandes de la Tierra, junto con los de Yellowstone, Kronotski y el Golden Circle de Islandia. Radicados a 4.200 metros, forman parte del campo geotérmico ubicado a mayor altura del mundo.

Géiseres del Tatio

El trayecto, desde San Pedro, dura hora y media, por lo que es preferible que empieces la excursión cuanto antes. Mi propuesta es que lo hagas al amanecer, en torno a las cuatro de la madrugada, porque es el momento de mayor actividad de los géiseres.

No te preocupes si el madrugón te deja agotado porque al terminar la visita puedes relajarte con un baño en las cálidas aguas de una piscina termal.

Al regresar es posible que te cruces con flamencos, vicuñas y zorros colorados.

2. El Valle de la Muerte y el Valle de La Luna

Tienes, sí o sí, que recorrer alguno de estos dos valles en bicicleta o a caballo para que incluyas este viaje en tu catálogo de buenos momentos. Lo incluirás seguro si observas el maravilloso atardecer desde la piedra del Coyote, en el Valle de la Luna.

Piedra del Coyote  © José M. Moya

Si quieres vivir una experiencia nueva asiste a la fiesta nocturna en la que puedes practicar descenso en tabla sobre las dunas a ritmo de música electrónica.

Sandboard en  Valle de la Muerte © José M. Moya

3. Observación astronómica nocturna

Los astrónomos aseguran que no hay mejor lugar en el mundo para divisar el cosmos que el norte de Chile. Lo que explica que haya instalados aquí 42 observatorios, científicos o turísticos, que aprovechan una suma de factores que no se produce en otros lugares: estabilidad atmosférica, clima seco, cielos despejados y nula contaminación.

Observatorio astronómico en Atacama

Si te apasiona la astronomía no puedes perderte esta actividad en el Teide bajo las estrellas, en la que conocerás uno de los mejores lugares de España para disfrutar de la afición por los astros.

4. Salar de Uyuni (Bolivia) y Laguna de los Flamencos

Bolivia, a un paso de San Pedro de Atacama, no te decepcionará.

Reserva una excursión en todoterreno de 3 días de duración. Visitarás el salar de Uyuni y la isla Incahuasi. También la laguna Colorada y otros puntos de interés del altiplano, como la laguna Verde, la laguna Blanca, el desierto de Daly, las piscinas de aguas termales y los géiseres de Sol de Mañana.

Salar de Uyuni desde Isla Incahuasi

Si comienzas la excursión en San Pedro puedes regresar al punto de origen o terminar en Uyuni, en el caso de que decidas continuar tu aventura en Bolivia.

Flamencos en Laguna Colorada

El flamenco también es una ave frecuente en la Reserva de la Biosfera de la Mancha Húmeda; como podrás comprobar haciendo una visita entre flamencos y molinos en Mota del Cuervo, Cuenca.

5. El “Desierto Florido”

En el desierto de Atacama las especies vegetales de bajo consumo hídrico sobreviven durante largos periodos en estado de latencia, hasta que llega un año de lluvias, que transforma un paisaje árido, de arena y piedra, en un milagro de corolas.

Miles de Suspiros del mar, de tonos violetas y blancos, y Añañucas, de color amarillo, se suman a las flores habituales del lugar: las garras de león, de color rojo, y a la calandrinia, de color rojo, púrpura o blanco.

Desierto Florido

La floración comienza a finales de julio y se extiende hasta noviembre. Es significativa en el territorio que discurre desde el sur de la Cuesta Pajonales hasta el límite sur de la Región de Antofagasta. También en la región de Atacama.

6. Ascenso de los Volcanes Láscar, Licancabur y Sairecabur

Que la altura no te asuste. Son grandes, pero no matones. El ascenso a los volcanes de Atacama próximos a San Pedro es una actividad al alcance de casi todos. No es necesario que seas un experto montañista, solo se requiere algo de preparación, aclimatación y el coraje suficiente para lanzarte a la aventura.

De la amplia oferta de ascenso a volcanes de esta zona, te describo la subida a un cerro, para que cojas práctica, y a tres volcanes espectaculares:

A) Cerro Toco 

El cerro Toco (antiguo volcán) es uno de los más accesibles y fáciles de ascender en las cercanías de San Pedro. Sin embargo, antes de aventurarte, te recomiendo que realices varias rutas en altura para que consigas la aclimatación adecuada.

Subida a Cerro Toco  © José M. Moya

Es una subida para principiantes. Su ascensión no reviste ninguna dificultad. Ni siquiera cuando hay nieve.

Su pendiente máxima es de 15 grados y discurre por un valle bien protegido.

No hay riesgo de caída. Sí lo hay, por el contrario, de emocionarse una vez alcanzada la cumbre porque las vistas del volcán Licancabur y el cerro Juriques son magníficas.

Cumbre del Cerro Toco (5.604 msnm)  © José M. Moya

B) Volcán Láscar

El Láscar impresiona por su permanente fumarola, perceptible desde San Pedro.

Es un volcán sumamente activo, con erupciones de ceniza volcánica casi anuales.

El ascenso es especialmente peligroso en época de tormentas veraniegas (de diciembre a febrero), ya que un cambio en la dirección del viento puede ocasionar que te rodeen las cenizas o incluso la lluvia ácida.

En su cima hay 6 cráteres. El central es el que ha registrado mayor actividad durante los últimos siglos. Emite casi continuamente gases con altos contenidos de dióxido de azufre.

Volcán Láscar (5.600 msnm)

Técnicamente es una montaña fácil, con un máximo de 25 grados de inclinación.

Si tu forma física es la adecuada lo puedes subir en un solo día.

El ascenso comienza en laguna Lejía. La meta es el cráter, que tiene alrededor de 3 kilómetros de diámetro. Desde allí, la cumbre está a una hora de duración.

C) Volcán Licancabur

Es el rey de los volcanes de Atacama. Domina el paisaje por su forma piramidal perfecta y por sus cerca de 6.000 metros de altitud.

Subirlo es un desafío, pero a ti te gustan los desafíos.  

Volcán Licancabur (5.917 m, izquierda)  y Juriques (derecha) bajo la Laguna Verde

Es un volcán inactivo, al que se accede por la frontera boliviana. Tiene material suelto de acarreo de antiguas erupciones y una inclinación máxima de 35 grados. Es una ascensión exigente, en la que emplearás un par de días, pero sin dificultad técnica.

D) Volcán Sairecabur

La base está situada a tan sólo dos horas en todoterreno de San Pedro de Atacama.

Es un volcán inactivo, con dos apodos, La Teta y volcán del mal tiempo.

Por carretera, la de mayor altitud de Chile, alcanzarás el punto en el que comienza la subida a pie. Es posible, sin embargo, que la aglomeración de nieve te dificulte ascender por encima de los 5.200 metros.

Si no es así, hasta los 5.500 m la subida es suave y pedregosa. En esa cota se ubica el cráter, cuyo diámetro es de 5,5 kilómetros. Se debe de cruzar diagonalmente para proseguir la ascensión.

Volcán Sairecabur. Pared de 500 m y cima (6.040 m) 

A partir de ahí, ascenderás por una pendiente suave hasta unas minas de azufre. En ese punto comienza una subida pronunciada de hasta 45 grados de inclinación hasta la cima.

La fuerte pendiente, unida a la presencia de grandes rocas, que hay que trepar, dificulta la subida.

Es un ascenso exigente y requiere cierta técnica, aunque no necesitarás escalar en ningún momento ni utilizar cuerdas fijas.

Caminando sobre el inmenso cráter (de 5,5 km) 

Si eres un experto montañista, te recomiendo dos volcanes que rozan la cota de los 7.000 metros: el Llullaillaco (6.760 m) y el Ojos del Salado, que con sus 6.891 metros es el volcán más alto del mundo.

Subirlos requiere mayor preparación y también tiempo: las expediciones duran en torno a una semana.

Si no tienes tanta pericia, ni medios para llegar a Chile, puedes realizar una sencilla ruta para conocer los volcanes de La Palma, en las Islas Canarias.

El desierto de Atacama es un hombre sin afeitar que no necesita pasarse la cuchilla para aparentar que es una buena persona. Lo es y punto. La cara menos amable de la tierra es la más sincera.

Atacama te espera para que descubras que el volcán y el viajero están hechos el uno para el otro.

La experiencia será inolvidable, te lo aseguro.

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