El Camino de Santiago, una experiencia única
El Camino de Santiago es la ruta de perenigración más famosa a nivel internacional, tanto es así que es recorrida por miles de personas al año. Su variedad de rutas, como por ejemplo el Camino del Norte, el Camino Francés, el portugués… lo convierte en una experiencia que puede vivir cualquier persona, independientemente de su edad o su condición física. Por ello, son muchos los peregrinos que se deciden a completarlo, ya que representa una vivencia única.
¿Cómo se hace el Camino de Santiago?
Si estás pensando en hacer el Camino de Santiago, es importante que conozcas las formas en que puedes llevarlo a cabo. En este sentido, es importante que elijas bien la ruta, pues dependiendo de esta, podrás terminarlo en más o menos tiempo. Por ejemplo, la ruta más popular es la del Camino Francés, sobre todo, desde Sarria, porque te permite completarlo en tan solo una semana o menos. Sin embargo, siempre puedes escoger otros itinerarios más largos, como pueden ser el Camino Portugués desde Oporto.
Lo importante, al final, es que elijas la que elijas, ya sea por el interior o por el camino portugués bordeando la costa, te suponga una buena experiencia. Para ello, aparte de esta elección, también deberás prepararte bien, tanto físicamente como a la hora de organizar tu equipaje.
¿Cómo prepararse para hacer el Camino de Santiago?
Si bien es cierto que todo el mundo puede hacer el Camino de Santiago, para lograrlo sin ningún tipo de inconveniente es necesaria una preparación física previa. De este modo, saliendo a caminar todos los días, aumentando la intensidad con las semanas, te ayudará a completar el camino con éxito y sin resentirte. A ello, además, hay que sumarle la elección de la época en la que vas a hacer el Camino. Esto determinará en parte el equipaje que deberás llevar contigo, ya que hay épocas en las que predominará la lluvia y otras en las que el calor tendrá un protagonismo importante. ¿La mejor? Primavera e inicio del verano, es decir, de abril a junio, y comienzos del otoño: septiembre y octubre.
De todos modos, es importante llevar ropa que transpire y que se seque rápido, además de contar con algún chubasquero o ropa impermeable por si nos alcanza la lluvia. Asimismo, no se recomienda ir demasiado cargado o llenar mucho la mochila, puesto que las etapas suelen ser de unos 15 km y llevar más peso de la cuenta puede resultar contraproducente. En cuanto al calzado, es preferible llevar calzado viejo y cómodo a estrenarlo y sufrir de las temidas ampollas.
Sabiendo todo esto, preparar tu camino no te resultará difícil. No obstante, si es la primera vez o te sientes abrumado, siempre puedes contratar a alguna agencia que te organizará el viaje por ti. De esta manera, no tendrás que preocuparte de buscar albergues o de mirar bien tu presupuesto. Incluso, algunas te ofrecen llevar tu equipaje a tu alojamiento mientras completas las tepas. Pero, en definitiva, elijas la modalidad que elijas, lo importante es que afrontes el Camino como una experiencia única que te permitirá conocer a otros peregrinos y conectar contigo y el mundo que te rodea.